capitulo 5

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La mansión Bridgerton estaba bañada por la luz de la tarde, y la sala principal vibraba con la actividad y la charla animada de la familia reunida. Violet Bridgerton, con una sonrisa que irradiaba alegría y hospitalidad, guió a los Sinclair hacia la sala principal.

—¡Aquí están nuestros invitados de honor! —anunció Violet con entusiasmo mientras entraban, haciendo que las miradas de los presentes se dirigieran hacia la puerta.

En la sala, los hermanos mayores Bridgerton Anthony, Benedict, Colin y Daphne se levantaron para recibir a los recién llegados. Junto a ellos, Lady Danbury y  Simon, también se pusieron de pie, observando con interés la entrada de los Sinclair. Elizabeth miró a Simon con curiosidad, pero él solo le devolvió una sonrisa, un gesto que Anthony no dejó de notar.

—Hemos decidido invitarlos a ellos tambien —explicó Violet—, y esperamos que su presencia no sea una molestia.

—Por supuesto que no lo es —respondió el padre de Elizabeth con cortesía—. Es un honor estar aquí.

Elizabeth avanzó, saludando a todos con una elegante reverencia y una sonrisa cálida.

—He traído algunos regalos de mi viaje para todos ustedes —anunció, desatando una ola de emoción entre los más jóvenes.

Gregory y Hyacinth saltaron de felicidad al escuchar esto. Elizabeth les entregó unos juegos maravillosos que había encontrado en su viaje, perfectos para entretenerse entre ellos. Franchesca recibió con alegría unas partituras especiales de París, mientras que Eloise quedó encantada con los dos libros que Elizabeth había seleccionado especialmente para ella.

—Estos libros son maravillosos, Elizabeth. ¡Muchas gracias! —exclamó Eloise con una sonrisa radiante.

Daphne, que había estado observando con curiosidad, recibió unos hermosos tocados para el cabello, perfectos para sus próximos eventos sociales.

—Son preciosos, Elizabeth. Muchas gracias —dijo Daphne, admirando los detalles de los tocados.

Colin, con su espíritu aventurero, recibió un diario para documentar sus viajes, lo que hizo que sus ojos brillaran de entusiasmo.

—¡Es perfecto! Justo lo que necesitaba —dijo Colin con gratitud.

Benedict, el artista de la familia, quedó encantado con unos exclusivos pinceles de Grecia, especialmente diseñados para la pintura.

—Estos pinceles son increíbles, Elizabeth. No puedo esperar para usarlos —comentó Benedict, examinando su regalo con cuidado.

Finalmente, Elizabeth se acercó a Anthony con un par de plumas elegantes para su trabajo. Las plumas tenían su nombre grabado en dorado, un detalle que no pasó desapercibido para él.

—Espero que estas plumas te sean útiles, Anthony. Sé lo serio que te tomas tu trabajo —dijo Elizabeth, entregándole el regalo.

—Son perfectas, Elizabeth. Muchísimas gracias —respondió Anthony, impresionado por el detalle.

Para Violet, Elizabeth había traído un vestido hecho en América, una prenda única que dejó a Violet sin palabras.

—Elizabeth, este vestido es maravilloso. No sé cómo agradecerte —dijo Violet, conmovida por el regalo.

—Ha sido un placer traer estos regalos para ustedes —respondió Elizabeth, sonriendo—. Estoy feliz de estar de vuelta en Londres y de compartir estos momentos con todos vosotros.

La sala se llenó de agradecimientos y risas mientras todos admiraban sus regalos. Los más pequeños seguían brincando de alegría, y los mayores intercambiaban miradas de aprecio y gratitud. La reunión de las familias Bridgerton y Sinclair prometía ser una noche memorable llena de alegría y buenos momentos.

Destinos Entrelazados (Anthony Bridgerton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora