Capitulo 4

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La atmósfera en la mansión de los Bridgerton estaba cargada de expectativas mientras la familia aguardaba la llegada de los pretendientes de Daphne. En la gran sala, cada miembro de la familia estaba inmerso en sus propias actividades, ansiosos por lo que el dia traería consigo.

Violet Bridgerton, la matriarca de la familia, decidió romper el silencio con una sonrisa cálida. —Es una alegría enorme tener a Elizabeth de vuelta en Londres— anunció, atrayendo la atención de los presentes.

Francesca, Hyacinth, Eloise y Gregory detuvieron sus actividades, sus rostros iluminados por la emoción al escuchar el nombre de Elizabeth. —¿Cuándo podremos verla?—, preguntó Eloise con entusiasmo, sabiendo que con Elizabeth podía hablar con libertad sobre cualquier tema, especialmente sobre educación, dada su experiencia previa.

Francesca, Hyacinth y Gregory anhelaban el reencuentro con la que consideraban su hermana mayor, deseando poder abrazarla y compartir momentos juntos como lo habían hecho en el pasado.

La espera se prolongaba, pero la anticipación por el encuentro con Elizabeth llenaba la sala de una energía palpable. Los Bridgerton estaban ansiosos por volver a reunirse con su querida Elizabeth y descubrir qué sorpresas traería esa noche.

Violet asintió con una sonrisa ante la idea de reunirse con los Sinclair nuevamente.—Sería encantador. Pronto organizaremos algo para que podamos disfrutar de la compañía de Elizabeth y su familia— respondió con amabilidad.

Daphne, con una sonrisa radiante, intervino para elogiar a su amiga ausente. —Elizabeth se ha vuelto aún más hermosa de lo que recordaba—, comentó con admiración. —Sin duda alguna, tendrá una gran cantidad de pretendientes esta temporada— añadió, reconociendo los cambios tanto físicos como en la personalidad de su amiga.

Benedict y Colin asintieron en acuerdo con las palabras de su hermana menor, compartiendo su opinión sobre Elizabeth. Anthony, en cambio, guardó silencio, perdido en sus propios pensamientos. Recordaba vívidamente el cambio en la actitud de Elizabeth hacia él durante el baile, y aunque no podía negar su belleza, también reflexionaba sobre la frialdad con la que lo había saludado.

La conversación continuó entre los Bridgerton, cada uno sumido en sus propios pensamientos y expectativas para la temporada que se avecinaba. Las emociones estaban a flor de piel, especialmente cuando se trataba del regreso de Elizabeth y las posibilidades que ello traía consigo.

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Elizabeth se encontraba sentada en la sala de visitas, mirando con cierta incomodidad cómo los caballeros desfilaban uno tras otro para presentarse ante ella y su hermana, Emily. Había pasado cinco años lejos de Londres, y la intensidad de la vida social de la alta sociedad londinense la había golpeado con una fuerza inesperada.

Emily, por otro lado, estaba radiante. Su risa y conversación animada llenaban la habitación, y Elizabeth no podía evitar sonreír ante la emoción evidente de su hermana menor. Los caballeros parecían igual de encantados con Emily, y no faltaron elogios y comentarios halagadores.

Elizabeth, sin embargo, sentía el peso del día. Cada nueva presentación, cada cumplido, la agotaba un poco más. Aunque mantenía la compostura y sonreía cortesmente, en su interior deseaba que el día llegara a su fin. Recordaba los años pasados en la tranquilidad de America y Europa en el campo y deseaba con todas sus fuerzas regresar a esa calma.

―Madre, querida, ¿puedes acompañarme un momento? ―preguntó Elizabeth, necesitando un respiro de las visitas.

su madre asintió con una sonrisa. Ambas se excusaron y se retiraron brevemente a una sala contigua.

Destinos Entrelazados (Anthony Bridgerton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora