La sala de baile estaba resplandeciente, llena de luces y risas, pero Elizabeth Sinclair tenía la mirada fija en Daphne Bridgerton, quien estaba siendo abordada por Cressida Cowper. Conociendo las intenciones maliciosas de Cressida, Elizabeth se acercó sigilosamente para escuchar la conversación.
—Debes sentirte en la cima del mundo, Daphne, con todas esas atenciones del príncipe. Pero no creas que eso te hace especial —dijo Cressida con veneno en su voz.
Elizabeth, sin poder contenerse más, salió de su escondite y tomó del brazo a Daphne. —Señorita Cowper, si el príncipe ha decidido cortejar a Daphne, es momento de felicitarla, no de derramar todo el odio que llevamos dentro.
Cressida, con una sonrisa falsa, replicó: —Usted también debería estar molesta, señorita Sinclair. Él podría haberla elegido a usted.
Elizabeth respondió con calma, pero con firmeza: —Mientras mi amiga sea feliz, yo también lo seré. Mientras se case por amor, estaré contenta. No tengo envidia. Creo que puedo encontrar otro pretendiente sin parecer desesperada. Daphne, nos vemos luego. Cressida, que tenga una buena velada.
Daphne, agradecida, se fue a bailar con el príncipe mientras Elizabeth se dirigía a buscar a Simon. Un rato despues, logro encontrarlo pero notó que estaba con Daphne en una esquina apartada del salón. Iba a salir de su escondite, pero se quedó paralizada al ver a Simon y Daphne besándose apasionadamente. Antes de poder reaccionar, vio a Anthony Bridgerton acercarse furioso.
—¡Desgraciado! —gritó Anthony, corriendo hacia ellos y golpeando a Simon. Elizabeth salió de su escondite, gritando:
—¡Detente, Anthony!
Anthony, respirando con dificultad, dijo: —Te casarás con ella.
Daphne, en shock, apenas pudo articular una palabra: —¿Qué?
Anthony continuó con voz firme: —De inmediato. Ojalá nadie más los haya visto y mi hermana no pase más vergüenza. Se casarán.
Simon, con la mirada oscura, respondió: —No puedo desposarla.
Anthony lo miró con desprecio. —Te niegas a desposarla luego de romper su inocencia. Sabía que eras libertino, pero no villano.
Simon, con voz rota, dijo: —No puedo casarme con ella.
Anthony, con determinación: —No me dejas otra opción. Debo retarte a un duelo.
Daphne, horrorizada: —¡Un duelo, Anthony no puedes!
Elizabeth, finalmente recuperando el habla, dijo con desesperación: —No pueden hacer un duelo. ¡Uno de los dos morirá!
Anthony, mirando a Elizabeth con dureza: —Daphne deshonra a nuestra familia. Debemos resolverlo como caballeros. Y Elizabeth, esto no te incumbe. Quizás para ti sea mejor que yo muera.
Las palabras de Anthony la hirieron profundamente. Simon intervino: —Entiendo. Nos veremos al amanecer.
Daphne, con lágrimas en los ojos: —¿Prefieres morir a casarte conmigo?
Simon, con tristeza: —Lo siento de verdad.
Anthony, decidido: —Debemos irnos antes de que alguien nos vea. Vamos, Daphne.
Simon y Elizabeth quedaron solos. Ella, con lágrimas en los ojos y voz quebrada, dijo: —¿Estás loco? Un duelo podría hacer que te pierda a ti, que eres mi amigo, mi primo, mi hermano. ¡Podría perder a Anthony, que es el amor de mi vida! —finalmente admitió, sintiendo el peso de las palabras.
Simon, con una mirada suave, respondió: —Si muero, quiero que sepas que te adoro, Lizzi, y me alegra que aceptes tus sentimientos por él. Pero ahora debo prepararme.
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Destinos Entrelazados (Anthony Bridgerton)
FanfictionEn los salones iluminados por las luces brillantes de la alta sociedad londinense, donde las risas y los susurros llenan el aire, se teje una historia de amor y secretos enterrados en el pasado.Lady Elizabeth Victoria Sinclair la segunda hija del in...