Capitulo XVII

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Tercera Persona...

Pasan de las 10:00am y Alena y Richard no dado señales de vida, la impaciencia calcome a Christiana en su habitación mientras mira el techo y Aleix pasa su brazo por su abdomen y la pega a él. El dolor en su abdomen aún es molesto pero no como antes.

—No me gusta esto. —dice y Aleix la escucha aún con los ojos cerrados —. Tú me gustas y de verdad aprecio cada momento que estoy a tu lado, pero no me gusta pensar que cada día puede ser el último. Te veo, cuando duermes tus sentidos aún están activos, cada movimiento que doy lo sientes, no es justo que no puedas si quiera dormir. Sé que no tienes miedo, pero es aterrador pensar que en algún momento puedes ya no estar.

—¿Me extrañarás? —su pregunta le parece estúpida.

—Por supuesto, ¿y tú? —pregunta de regreso.

—Me niego a aceptar no verte más, Christiana. —es su respuesta sincera —. Por supuesto que voy a extrañarte y desde luego que vengaré cualquier cosa que te pase.

—¿Matarias por mí? —la pregunta de Christiana le parece exitante a Aleixandre.

—Tú lo hiciste por mí y no dudaste en hacerlo, así que yo lo haría una y mil veces de ser necesario. —la respuesta de Aleix aún sonando enfermiza es la indicada.

Que mayor amor que la de un asesino por su mayor víctima. Porque el amor del villano es único, él no salvará al pueblo antes que a su amada, porqué sin ella realmente no existe él y él sin ella es el significado de un mundo jodido.

—¿Quieres bajar a desayunar? —pregunta.

—No tengo hambre. —le responde Christiana.

—Eso mismo dijiste ayer. —él se sienta en la cama y sin estirarse toma de los tobillos a Christiana.

La arrastra hasta el borde y luego se la sube al hombro, esa mañana si iban vestidos con algo de ropa, él con unos pantalones a cuadros grises y el abdomen descubierto y ella con unos shorts rosa y una de las camisas blancas de él.

Salen de la habitación entre risas y bajan las escaleras, Christiana no parece ser molestia en cuanto su peso para él, cuando llegan a la cocina él la sienta sobre la isla y ambos rien a carcajadas.

—Eres un idiota. —le dice y él es el que besa sus labios de forma corta.

—Pero me quieres aún así, me vale un coño que me creas idiota. —él se pone un delantal y ella lo observa divertida.

—Hasta que por fin voy a verte cocinar. —se hace el indignado cuando la mira.

Saca algunas cosas del refrigerador y despensa, parece tener las intenciones de preparar alguna ensalada de frutas con tortitas y zumo fresco de fresas y kiwi.

Se pone unos guantes antes de tocar las fresas, sino se los pone se arriesgaría a tener una reacción al esérgica, maldita ironía esa. Ella lo ve hacer tortitas las primeras tortitas mientras tararea alguna canción. Su técnica para darle la vuelta a las tortitas es única y precisa.

La sonrisa no desaparece de los labios de Christiana mientras lo ve cocinar dedicado.

Luego de unos minutos tiene todo listo, las tortitas, la fruta y el zumo, pone la mesa para dos y pone parte del desayuno en ella, su espalda desnuda muestra, aún entre tantos tatuajes, aruñones. Ella se baja de la isla y va a la mesa del jardín donde Aleix ha puesto el desayuno.

—Entonces sí cocinas, Lobito. —dice sentándose.

—Siempre he sabido, solo que cocinabas cada noche la cena y no podía preparar el desayuno porque debía irme temprano. —se excusa y se sienta frente a Christina.

Sunsets with you...   (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora