Capítulo IV

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Ya estoy harta de estas malditas vacaciones, sentía que cada paso que si quiera pensaba en dar, era vigilado, y así era, quién menos pensaba me observaba, había visto alguno que otro hombre de Aleixandre vigilandome desde cerca ¿Cómo los distinguía?

Fácil, todos vestían igual, traje negro y camisa blanca a excepción de algunos que se vestían de camareros, o personal del hotel en general, y ciertas mujeres que iban con el servicio al cuarto. Llevábamos tres largos y fastidiosos días aquí y se me hacía una tortura esto de que alguien, que no tenía ni la menor idea de quién era, estuviera a punto de no se que, pero hacer algo conmigo.

Christopher nos había avisado a todos que el idiota del señor D'Angelo había atrasado el vuelo por un par de días, ya me imaginaba sus razones, desde que André me informó que debía de estar atenta con todo y todos no e logrado dormir del todo bien, es decir dormía una que otra otra en las tardes, pero nada en las noches y en las mañanas me encontraba a nada de dormirme sobre el desayuno que apenas tocaba, y ya se me hacían normales las preguntas y comentarios de Vicky.

"¿Estás bien?"
"Cariño, no te veo muy bien"
"¿Por qué no comes? "
"Te vas a enfermar si no comes"

Nicole, ¿Qué no me ves? Me está llevando el mismísimo diablo, me han drogado, secuestrado, visto desnuda, ya no se que hacer conmigo misma, no duermo... Porque debo estar alerta, mi vida está en riesgo. En varias ocasiones me he encontrado a nada de decirle, de decirle todo, con lujo de detalles, pero estaba esa voz en mi cabeza que constantemente me decía...

"Hazlo y te mato."
Esa voz era de Alexandre.

...

-¿Estás bien? --y ahí estaba esa pregunta de nuevo ¿Que no le había quedado claro? -Christi...

-Nicole -no la dejo terminar -Me has hecho la misma maldita pregunta todo el día -ella me miraba con sorpresa, ya estoy harta de todo esto -Siempre que preguntas te digo lo mismo, que sí, que estoy bien, así por favor no insistas.

Me levanté de la mesa, recibiendo la mirada de mis compañeros, se supone que estábamos cenando -digo se supone, porque mi plato estaba intacto- no quería seguir pensando en nada, así que tomé un ascensor que me llevó directo al piso 10, donde estaba el bar, no lo pensé dos veces a la hora de entrar.

-Un bazo de Jack Daniel's por favor -tome asiento frente a la barra, quería alcohol, lo necesitaba, tomaría hasta que no sintiera la poca consciencia que tenía -Sabe que, mejor deme la bote...

Y ahí estaba, otra vez, conocía a ese hombre, ese cebello castaño oscuro y ojos cafes, lo reconocí de inmediato era el mismo de hace unos días, pero esta vez no iba vestido de seguridad, sino como un camarero, era el mismo que vi el día que conocí a Malek, ese maldito informante. Aunque todavía no entendía que era lo que informaba.

-¿Él te envío? -fui directa -Claro que lo hizo -lo vi servir en mi bebida -Es un maldito, todos los hombres lo son, estoy harta de ellos.

-Christina, mi trabajo es vigilante y servir tragos. Bueno lo último por las próximas 2 horas -deslizó el vaso hasta mi.

-¿Dónde está? -no me sorprendió que supiera mi nombre, de seguro todos sus hombres lo saben, miró por encima de mi hombro derecho -¿Está detrás de mi, no es así? -Asintió levemente con una sonrisa en la boca.

Tome todo lo que había en mi vaso y lo llene nueva vez, continúe así hasta que iba como por el cuarto vaso, para ser sincera ya el alcohol bajaba por mi garganta sin problema, aún sentía lo amargo y picor del alcohol en mi garganta, pero no como antes, no era de emborracharme rápido, cosa que me gustaría poder hacer ahora. Sentía la mirada da Aleixandre pegada a mi, no lo miraba, pero sabía que sus ojos no se despegaba de mi.

Sunsets with you...   (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora