𝗦𝗧𝗘𝗣𝗦𝗢𝗡-𝐒𝐨𝐯𝐢𝐞𝐭-𝐀𝐦𝐞 ☭ [+18]

P

Cada mes se iban yendo de en casa en casa.
Un mes estaban en la lujosa mansión de los capitalistas.
Al otro estaban en la enorme mansión de los comunistas.

No es que le moleste viajar de aquí para allá, se ha a acostumbrado a eso desde pequeño.

Su problema, es aguantar a los quince niños del soviético gritar sin parar en el avión, no había ni un poco de paz.
Y podía notar que nisiquiera sus hermanos podían aguantarlo.

Por suerte, estaban viajando en primera clase, por lo que podía tener un poco más de privacidad, ya que ni en su propia casa podía tomar un baño tranquilamente.

Por alguna extraña razón, se sentía incómodo en su hogar, se sentía observado.

Suponía que era la niña Bielorrusia, ya que ella siempre está atrás de él como un perro con su dueño.
Al principio le molestaba, ella era demasiado insistente y lo ayudaba en todo.
Luego comenzó a acostumbrarse, no era tan malo como lo creía, ella era bastante obediente y eficaz a pesar de ser solamente una niña de 10 años.

Con ella estaba bien, su problema eran los demás comunistas. Pero sobre todo alguien en específico;

Rusia.

El mayor de los quince hermanos, era el más serio y con el que más discutía por sus ideologías.
Lo detestaba, a pesar de que el ruso era 5 años menor que el, era demasiado terco y mal hablado.

Su educación era nefasta, pero no era culpa, el padre es el culpable de tener a un hijo tan revoltoso como el, literalmente lo atrajo al mundo del alcohol a temprana edad.

Y USA con apenas dieciocho años aún ni siquiera podía tomar alcohol, se le era estrictamente prohibido hasta que cumpliera los veinte años.

Dejando eso de lado, lo único que deseaba era irse de su hogar.
Volver a Francia e ir con su mamá, quien ella no lo ha visto desde hace siete años, producto de la guerra y del divorcio que ha sufrido con U.K.

Acomodándose en la suave camilla, se quedó viendo a la ventana algo triste, realmente la estaba pasando mal y su padre ni siquiera lo toma en cuenta.

Siempre está detrás del soviético, los dos se han vuelto demasiado amorosos y pegajosos, a tal punto de que todos los niños siempre están al cuidado del estadounidense.

Aún así, no ha escuchado ni una sola queja por parte de sus hermanos, siempre es USA quien se queja.

Cerrando sus ojos, abrazó con fuerza la almohada, aún quedaban 10 horas de vuelo.