Konosuba: La última gota de esperanza

Capítulo 22

NT:

Serina/Serena o Seresdina.- Es una general del Rey Demonio Sirvienta y Sacerdotisa de la Diosa Regina.

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Cuando uno pensaba en un director ejecutivo, lo más habitual era imaginar una opulencia decadente. Maderas duras caras de árboles extintos hace mucho tiempo, bellas artes en forma de pinturas, tapices y estatuas, oro y joyas, y espacios elegantemente diseñados. 

Quienes vieran la vivienda de Hans de Santomon Chemicals quedarían tristemente decepcionados. Ciertamente, los niveles superiores de su ático tenían todo el dorado y las galas que uno esperaba, pero en el sótano, era un pantano oscuro y purulento.

Porque las galas y el refinamiento eran para los humanoides y las llamadas "razas elevadas". En realidad, Hans no era humano. Lo parecía, adoptando la forma de un hombre humano alto y bronceado, con una barba bien recortada y el pelo perfectamente peinado, aunque evitaba los trajes elegantes y vestía una camisa con botones completamente abierta, dejando al descubierto una constitución musculosa.

Por lo tanto, era bastante incongruente ver que su guarida elegida era una cueva de piedra con vistas a un lodo tóxico. Lleno de gases sulfurosos, hongos tóxicos y varias especies de plantas carnívoras del Viejo Belzerg, no era un lugar en el que un humano con equipo de protección inferior al grado 4 pudiera sobrevivir por mucho tiempo.

En ese momento, Hans se había despojado de su forma humana y se deslizaba lentamente a través de su espantoso pantano, mientras los restos de los mensajeros que le habían traído las últimas malas noticias se digerían en su cuerpo líquido. 

Era enorme, al menos 12 metros de alto y más de cuatro veces ese ancho, con zarcillos de hasta 20 metros de largo serpenteando de su cuerpo que podrían haber elevado su altura aún más si hubieran estado completamente erguidos. Sus ojos eran dos orbes gigantes brillantes que flotaban en la sustancia viscosa roja oscura de su cuerpo, y unas grandes fauces llenas de dientes del tamaño de ponis, afilados como navajas y goteando veneno, eran sus únicas características distinguibles.

Este era el Depredador Máximo del Viejo Belzerg, el colmo de la letalidad en una tierra llamada mundo de la muerte incluso antes de la victoria del Rey Demonio por parte de aquellos que lo visitaron desde otros reinos, y con razón. La presa favorita de los Poison Slimes eran bestias mágicas gigantes como dragones, mantícoras, mamuts e hidras.

Y por supuesto, la humanidad.

Un limo venenoso cazado cambiando de forma a algo inocuo, cuya potente magia los oculta de todos, excepto de los sentidos y hechizos más agudos. Fingían ser animales de presa inofensivos y esperaban a que un dragón o algo similar intentara comérselos, sólo para cambiar la situación, o vagaban por un asentamiento o ciudad de una de las diversas razas, luego envenenaban y consumían a todos los miembros de la comunidad. 

Había sido una táctica brutalmente efectiva que había funcionado durante milenios, siendo la única gracia salvadora el ciclo reproductivo extremadamente largo de los Slimes Venenosos y el hecho de que eran caníbales ferozmente territoriales. Un limo pondría un lote de huevos, el primero de los cuales al eclosionar generalmente consumiría a sus hermanos y luego evitaría a sus padres.

Luego, todo cambió cuando una nueva diosa llegó a Belzerg y comenzó su propio culto:

Agua. Diosa del Agua y la Curación.

Para el Culto de Axis, los limos venenosos habían sido el mal supremo. Arruinando la tierra, causando sólo destrucción y contaminando las aguas sagradas de su dama. Armado con una potente magia de purificación que era la pesadilla del limo venenoso y el jabón comestible sagrado de la marca Axis de su patrón, el Culto de Axis había emprendido una campaña de exterminio de siglos de duración cuyo éxito había sido impactante.