egoismo

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¿Que tan egoísta hay que ser y hasta que punto se considera malo serlo, cuando hacemos sufrir a otras personas solo por no saber o no querer simplemente hacernos a un lado cuando ya no hacemos falta?

Seguimos aferrandonos a personas, situaciones y momentos que nos causan dolor, miedo, tristeza y un sinfín de emociones más. Solo porque no somos capaces de simplemente soltar la cuerda y dejar el apego enfermizo.

¿Por qué?

Obsesión quizá, adicción, dependencia, o simplemente es el capricho de no querer soltar lo medianamente estable que hemos tenido, lo único que nos ha prestado atención, y nos ha dado una simple gota de eso, que queremos, pero no es lo que necesitamos.

Los seres humanos somos egoístas por naturaleza, y tendemos a pensar en nosotros sin mirar a los lados a la o las personas que afectamos, sin importar que tanto nos llevemos por delante o cuánto hagamos sufrir a alguien más, siempre y cuando nosotros obtengamos una satisfacción, que muchas veces es efímera, momentánea y que se disolverá tan rápido como llegó

Los daños colaterales siempre existirán, y no vemos los que dejamos a nuestro paso con la manera en la que actuamos, pero somos humanos, somos débiles, y así nos tropecemos una, dos, tres y cuatro veces con la misma piedra, solo por el aprecio a la misma, no la soltamos y seguimos adelante, no pasamos página y seguimos lastimandonos, abriendo heridas, siendo causantes del dolor de otras personas por pensar simplemente en mi bien y no en el de los demás.

Nadie necesita de nadie, nadie es indispensable para nadie, pero los daños colaterales salen a relucir cuando las personas no toman una decisión concreta con sus vidas e involucran a terceros que sufren por sus decisiones, eso es lo injusto de la vida

Escritos de una mente en Decadencia 📝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora