Haciendo un voluntario cerca del imperio de Oriente, Winter Bernadi, también conocido como el maestro del gran gremio del conejo blanco, encuentra a una hermosa jovencita de cabellos blancos y su instinto le suplica que la protega. Él, quien nunca t...
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Rashta sabía que no era la mejor hablando, y no por el hecho de ser torpe y ser una esclava de paso, sino porque ella misma se bloqueaba al hablar.
Años hablando de manera corta y sin una persona constante que le corriera cuando hablaba de manera errónea, hizo que ella desconociera un sin número de palabras y solo conocieras las más «esenciales» aunque tampoco estaba muy seguro de aquello.
Sus ojos siguen la figura de Lady Penélope, o «Nelly» como le llamaba Lady Ivonne y siente que puede ver a la mujer más poderosa del mundo, y por un momento, se olvida de la emperatriz Navier.
Había escuchado de ella gracias a la señorita Lebetty, le había escuchado decir cuanto ayudaba a las personas, como se preocupaba por sus pueblo, pero, y había un «pero» enorme, que resonaba siempre, y era que aunque la emperatriz Navier fuera alguien especial, alguien capaz de dirigir el imperio, también era alguien que podía no comprender las verdaderas necesidades de alguien como ella, pero Lady Penélope no.
Había escuchado de su propia boca, lo que Lady Penélope había vivido en la calle hasta que el duque la adopto; poco después de que Lady Ivonne desapareciera, pero había vivido con miedo que cuando volviera Lady Ivonne, pero aunque ella había vuelto, no se le fuera echada, sino todo lo contrario, ella seguía siendo una Eckhart y era próxima a volverse la emperatriz de Eorka.
—¿Rashta?— llaman de pronto. Lady Penélope se acerca a ella, la falda negra de su uniforme se mueve suavemente gracias a su acercamiento y en sus manos; hay un libro.— ¿Cómo van tus lecciones?
—¡De Maravilla, Lady Penélope!— aseguro con calma —Lady Ivonne me ha estado enseñando a escribir y el hermano me esta enseñando hablar bien
La sonrisa que hay en el rostro de Penélope hace que Rashta se emocione aun más, en solo cuestión de días, su admiración hacía la emperatriz Navier; fue opacado por la admiración que comenzaba a sentir hacía Lady Penélope y Lady Ivonne. También estaba el hecho de que adoraba a su denominado hermano, por lo que había estado aprendiendo todo lo que podía.
—Me alegra escuchar aquello— sonríe ella, para después sentarse a su lado y tomar sus manos —Y ya te dije que me podías llamar solo Penélope
—No se si... no se si...— niega y mira hacía otro lado —No creer ser correcto
Penélope sonríe. Llevaban diez días ahí, y aunque Rashta tenía conocimiento nulo sobre las cosas como era de esperarse al ser una esclava, o ex-esclava si las cosas salían como ellos querían, también sabía que a diferencia de la novela o el webtoon, Rashta no se iba a conformar solo con saber «firmar» para un contrato de amante, sino que ansiaba ser algo más.
—Tranquila, con el tiempo podrás— asegura con calma mientras abre el libro y lo pone frente de ella.— Seguiremos aprendiendo a leer, tengo tres periodos libres el día de hoy y Eclipse esta en sus clases
