CAPITULO 5

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CAPITULO 5

Su cuerpo se relajó pero aún sabía que esto no estaba por terminar.
Suspiré calmando mis ganas de ir con ella y empezar hablar de una vez, pero solo me mantuve de nuevo aquí. Apoyando mi espalda sobre la pared mientras Serena estaba sentada en una banca en la terraza, al menos el aire fresco había servido de algo.

—Ey, ¿Todo bien? —Seiya apareció ganando la atención de Serena—. Lo siento, no quería interrumpir.

—¿Qué quieres?

La mirada de Seiya pasó a mi, se que tiene miles de preguntas por hacer pero prefiero que las mantenga guardadas.

—Galaxy y yo nos iremos a casa. Solo quería pasar para avisarte y saber que todo está bien.

—Si, todo está bien.

Pero sabía que Seiya no estaba convencido, sin más preámbulos suspiró y se despidió de Serena con un asentimiento de cabeza, después de eso nos volvió a dejar solos.

Serena seguía mirando el lugar en donde mi hermano había estado.

—Él es Seiya, mi hermano gemelo —hablé—. Yo soy el mayor, solo por siete minutos.

Lentamente los ojos de Serena se deslizaron hacia mí. Parecía cansada.

—¿Ya te encuentras bien? —continúe esta vez acercándome a ella.

—Sigo confundida

—Podemos hablar cuando estés preparada, no quiero que vuelvas desmayarte.

Frunció sus labios bajando la mirada cuando me coloqué enfrente de ella.

—Solo fue la impresión —Murmuró.

—¿La impresión de verme o de confundirte con mi hermano?

—Ambos. No sabía que tenías un hermano gemelo, y mucho menos esperaba volver a encontrarte.

—¿No pensabas decirme de nuestro bebé?

No podía descifrar su mirada pero logré observar su arrepentimiento.

—Tal vez podía decírtelo si lograba encontrarte, y que lograras reconocerme —suspiró—. Solo que no imaginé que fuera tan pronto.

—Pero me alegro de encontrarte mucho más pronto de lo imaginable —tomé asiento a lado de ella. El banco era pequeño así que nuestros brazos se tenían que apretar si o si, y que nuestros muslos chocaban—. Deseé encontrarte, e intenté buscarte pero solo de información tenía tu nombre. Serena.

—Debe ser una especie del destino.

—Quizás es el destino ¿no? —la miré—. El destino me hizo encontrar al amor de mi vida pero también me la quiso arrebatar, ahora de nuevo te tengo a mi lado.

Negó.

—¿Cómo puedes deducir que soy el amor de tu vida si ni siquiera me conoces? —me miró—. A eso es llamarle locura

—Entonces estoy loco, completamente loco. No hubo ni una sola mujer que me produjera ese sentimiento a la hora de conocerte, de la chispa mágica que muchos deducen como el amor a primera vista. Serena cariño, necesito que estés en la misma sintonía conmigo

—¿Por qué? —cuestionó con una mirada confusa.

Tomando su mano, entrelacé sus dedos con los míos asegurándome de que encajaran perfectamente.

—Porque me enamoré de ti. Quiero hacer las cosas bien contigo, quiero ser un padre presente en la vida de nuestro hijo. Y se que todo esto suene una estupidez y te parezca loco, pero si me das la oportunidad de conocerte, de que tú me conozcas puede que esto funcione para los dos.

Frunció sus labios.

—Yo... No se que decir

—No te voy a presionar, puedes pensarlo si quieres.

No me respondió, se quedó en silencio por un par de minutos hasta que algo la hizo reaccionar.
Sé puso en pie de forma rápida, miró a su alrededor para después mirar la hora en su muñeca.

—Mierda... Yo...yo tenía una entrevista de trabajo

—Lo sé

—Joder, yo...

—Serena...

—Ya es demasiado tarde. No me darán el trabajo.

—Serena —repetí

—Este trabajo parecer ser exclusivo y..

—¿Quieres escucharme Nena? —la detuve sujetando sus hombros—. Relajate por favor.

—Pero yo...yo tengo una entrevista

—Lo sé, ¿quieres ir adentro para que prosigan con tu entrevista?

Asintió un poco aliviada.
Dentro de mi oficina la hice que tomara asiento en la silla enfrente de mi escritorio para después sentarme en mi lugar.
Si tan solo ella observara bien a su alrededor entendería las cosas mucho mejor, pero creo que esta tan sorprendida y a la vez en shock, así que creo que esto también la sorprenderá.

—Empezaremos de nuevo ¿de acuerdo? —ante mi pregunta asintió—. Bienvenida, Soy Darien Chiba, el director en jefe de la compañía. Yo seré tú jefe y tu mi secretaria.

Su rostro volvió a ser ilegible, lleno de sorpresa y de nueva cuenta confusión. Por un instante me causa gracia su reacción pero también me preocupé por las infinitas sensaciones de sorpresas que ha estado presenciando en su estado de embarazo.

—No, por favor dime que no —Murmuró al salir de su transe.

—Lo siento nena pero es real.

—Joder —cubrió su rostro con sus manos.

—Pero siendo honesto no te daré el empleo a ti.

Instantáneamente alzó su cabeza.

—Necesito el trabajo —demandó

—¿Por qué?

—Porque soy una persona ordinaria que necesita trabajar y generar dinero para vivir.

—Si estas conmigo no necesitarás el trabajo, te daré todo el dinero que necesites

Negó.

—No quiero eso, y ni siquiera he decidido si quiero estar contigo. Esto está sucediendo demasiado rápido Darien —me miró—. No te conozco al cien por ciento, no tengo la menor idea si eres de fiar.

—Te acostaste conmigo —ahora yo soné molesto.

No me está gustando que ella le dé tantas vuelas al asunto aún que una parte de mi le da la razón. Ella no me conoce y tiene todo el derecho en dudar de mi.

—¡Estaba ebria! Joder, esto es absurdo. —se puso en pie.

—Oye espera Serena, por favor solo hablemos.

Con una mueca volvió a tomar asiento esta vez sin mirarme.

—Si, creo que tienes razón. Esto está sucediendo demasiado rápido para asimilarlo —suspiré—. Ambos estábamos ebrios —mentí—, aún así no voy a negar mis sentimientos por ti, y el deseo de formar parte de nuestro hijo. Tienes razón, no nos conocemos pero podemos intentarlo.

—¿Cómo? —me miró

—Serás mi secretaria. De esa manera podemos interractuar y conocernos aún más. Después dejaremos la suerte al destino, si esto funcionará entre nosotros o no. ¿Estás de acuerdo?

Con nuestras miradas fijas, sabía que esto iba a funcionar de una manera correcta.
Yo ya estaba completamente enamorado de Serena, solo es cuestión de que ella me conozca, y yo poder enamorarla.

Quizás Es El Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora