CAPITULO 6

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CAPITULO 6

Se suponía que hoy era mi primer día en el trabajo. Normalmente siempre suelo presentarme con una energía positiva pero este trabajo era justo todo lo contrario. No me sentía nerviosa por trabajar en una empresa de prestigio del país, no, estaba aterrada y nerviosa al trabajar con quien sería mi jefe, por que bueno, ese hombre es el padre de mi bebé, y un hombre que está dispuesto hacer lo que sea con tal de confiar en él y dejarle el camino libre hacia mi corazón.

No había dormido, toda mi cabeza era un enrededo de pensamientos. El día de ayer fue una explosión de confusión y emociones de las cuales no logré controlar, por esa razón terminé desmayada en los brazos de aquel hombre.

—Joder —murmuré aún recordando que Darien no me había soltado en todo el día de ayer.

Le pedí tiempo para procesar tanta información y aclarar mi mente. Intenté irme a casa por mis propias cuentas, claro que Darien no me dejó irme sola. Ese hombre era tan necio como una mula, al final terminé accediendo a que me acompañara a mi casa. Otra cosa que pude notar de ese hombre es que su mueca fue de horror al ver el vecindario en donde vivía.
Bueno, no era el mejor vecindario de la historia pero no tenía más a donde ir. La casa era pequeña con solo una habitación pero tenía todo lo necesario para vivir, con tal de tener un techo para dormir era más que suficiente a mis ojos, porque a los de Darien no.
Él no se fue hasta que yo estuviera adentro de mi humilde casa.

¿Cuál era mi conclusión ahora?
Al fin había conocido al padre de mi bebé.
El saber que Darien se había enamorado de mi me pareció una completa locura. Amor a primera vista pero nunca pensé que fuera real, e incluso que me pasara a mi.
Tal vez deba dejar que las cosas marchen por si mismas, observar hasta donde se puede acabar, o si la relación entre Darien y yo se pudiese darse o no.

—¿Tu que opinas? —murmuré pasando mi mano en mi aún, vientre plano—. ¿Podemos darle una oportunidad a tu padre?

Y no se porque sonreí.
Imaginarme crear a mi propia familia me asustaba pero también me hacia feliz de solo imaginarlo.

Tomé mi bolsa y abrigo justo en el momento en el que a mi celular le entró una llamada.
El número no estaba registrado.

—¿Hola?

—¿Sigues en tu casa?

Inmediatamente reconocí su voz.

—¿Darien? ¿Cómo...

—Tu número de celular estaba en el currículum. ¿Ya saliste de tu casa?

—No, aún no.

—Bien, entonces sal, estoy afuera.

Eso hizo que mi corazón saltara de la emoción. Me bastó echar una mirada hacia la ventana para confirmar que, en efecto, ahí estaba Darien luciendo sexy con su traje negro.
Observé que más de un vecino salía de su casa para observar el lujoso auto que se encontraba estacionado afuera de mi casa.

Salí de mi casa no sin antes soltar un enorme suspiró y desear que este día sea más tranquilo.

—Buenos días —saludó inclinándose y dejarme un beso sobre mi mejilla. Su acto me tomó por sorpresa además que su olor de hombre afectó a mis alocadas hormonas.

—Ho...hola

Darien me sonrió.

—¿Has descansado? —su mano se deslizó hasta mi vientre—. O más bien, ¿han descansado bien los dos?

Su afecto es impresionante, cuando lo conocí tenía un rostro frío, y ayer en la empresa mantenía su animo de un hombre de negocios, pero conmigo se comportaba con compasión y cariño.

—¿Has desayunado? Podemos comer antes de ir al trabajo —continuó.

—Pero... Llegaremos tarde

—Que más da. Soy el jefe. —guiñandome el ojo me abrió la puerta del copiloto.

Ese comentario me hizo sonreír.
El resto del camino fue un completo silencio, aún me sentía incomoda pero trate que mi cuerpo se fuera relajando poco a poco.

—¿Estás bien? —preguntó ayudándome a bajar del auto

—Estoy bien, gracias

—Aquí hay cosas nutritivas para ti y para nuestro hijo. Aún que la verdad lo que leí me deja un poco dudoso.

Hubo dos cosas que fueron un corto circuito en mi cerebro.
Uno, dijo “nuestro hijo“ esas dos palabras fueron una gloria escucharlos.
Dos, ¿Había leído libros sobre embarazo?
Yo ni siquiera me había puesto a leer ese tipo de libros, las pocas cosas que sabía era porque el doctor me las decía.

—¿Has leído libros? —pregunté aún sorprendida.

Darien se encogió de hombros notando el ligero rubor en sus mejillas.

—Quiero prepararme.

Sus palabras me derritieron.
Literalmente Darien se está tomando muy enserio el embarazo y su papel como padre. Al principio temí por ser rechazada, creí que estaría furioso y me tacharia como una caza fortunas. Pero ahora es justo lo contrario.

Ambos tomamos asientos en una mesa reservada. Observé el menú, durante estos meses el desayuno nunca ha sido de mi agrado, todo lo que comía lo desechaba en minutos pero al estar leyendo los diversos platillos, mi estómago rugia de hambre.
El burrito de pollo me saludaba con delicia pero también el omelet de huevo con queso, y también los hotcakes. Me debatia en elegir cual de los tres.

—¿Nena?

Alcé la mirada encontrándome los ojos de Darien junto con la mesera.

—¿Quieres esperar un poco para decidirte?

Negué.

—Esta bien, tomaré el burrito de pollo

Darien me sonrió.

—¿Qué más?

—¿Qué ?

—¿Qué más deseas a parte del burrito? Puedes elegir lo que quieras cariño.

¿Lo que quiera? Pero no quiero verme como una hambreada.

Negué.

—Por el momento solo tomaré el burrito.

La mesera tomó nuestra orden para después marcharse.

—No te voy a criticar o a juzgar por la cantidad de comida que desear comer —Darien se inclinó tomando mi mano—. Puedes pedir todo lo que te apetezca.

—No quiero abusar, además que en las mañanas no suelo comer nada.

—¿Por que?

—Nauseas matutinas, el doctor mencionó que suelen irse hasta el cuarto mes, aún me falta dos meses más.

—Déjame ir al tu siguiente consulta —apretó con fuerza mi mano—. Deseo ver a mi hijo.

La forma en cómo lo dijo además del calor que transmitía su mirada, sabía que dentro de poco iba a caer en las manos de ese hombre, y no me iba a negar.

Quizás Es El Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora