CAPITULO 10

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CAPITULO 10

Desde el primer momento en el que mis padres aparecieron en la puerta de mi casa, sabía que esta charla no iba a traer nada bueno.
Conozco el temperamento de mi madre, ella siempre suele alterarse cuando las cosas no son de su agrado, papá siempre es tranquilo y ve lo positivo de las cosas, mientras que mi hermano suele ser tranquilo.

Crei que podía manejar todo este problema, pero jamás esperé que Darien apareciera, o la forma en cómo mi madre lo estaba matando con la mirada.

—Soy Kenji —papá forzó una sonrisa—. Un placer, y él es Samuel, el hermano de Serena.

Mi hermano lo miró alzando su mano para saludar al hombre que estaba a mi lado.

—Un gusto.

Después de los saludos todo se volvió tenso y callado.
Esto me estaba asfixiando.

—Hablemos desde el principio, ¿Cuál es su versión?

Agradecí a que mi padre fuera quien lanzara la pregunta.

—Yo... Conocí a Darien en un bar. Lo invité a unirse con mi grupo de amigos —suspiré antes de ver a mi madre protestar—. Si, entiendo que estaba ebria para pensar las cosas pero...

—Así sucedieron las cosas —intervino Darien—. Tal vez no fue de la mejor manera pero pasé dos meses tratando de buscar a Serena.

—¿Sabias que ella estaba embarazada? —preguntó mi padre.

—No, pero lo entendí cuando ella se presentó en mi empresa para trabajar.

Dicho eso, el rostro de mi madre cambió.
Fue Darien quién habló, de vez en cuando yo colaboraba con algunas frases.
Papá estaba satisfecho pero mi madre no.

—¿Quién en su sano juicio se enamora en el primer momento? —mamá se burló—. Aún no me creo este cuento inútil de amor.

—Si usted no se lo cree, no es mi problema.

Miré de reojo a Darien.
Estaba tranquilo pero a la vez tenso y molesto.
Suspiré deseando que mi madre se fuera a casa y pensara bien las cosas antes de hacer su berrinche.

—Mamá, puede que lo creas o no, y también se que te preocupas por mi pero lo que yo haga es mi asunto. Lo que pasó en aquel bar no es un error para mi —suspiré tomando la mano de Darien—. Se lo que siento por Darien, y se lo que él siente por mi. Los únicos que deben entender esta situación somos nosotros. Te agradezco que te preocupes por mi, madre, y también te agradecería si quieres formar parte de la vida de mi hijo, de mi nueva familia, y si dices todo lo contrario, entonces lo mejor es formar una familia con Darien.

El susodicho me miró con orgullo y a la vez con sorpresa.
Al menos no le había dicho al cien por ciento de que lo quería, que estaba enamorado de él pero creo que eso se lo tendré que decir más adelante, cuando mi familia no esté aquí.

—¿Y que se supone que van hacer? ¿Vas a dejar que ella viva aquí sola? —mandó mi madre—. Porque al parecer ella está sola en esta casa

—Le estoy dando su tiempo —respondió Darien—. No pienso presionar a Serena, y mucho menos en su estado. Si ella desea vivir conmigo, entonces las puertas de mi casa estarán abiertas para ella.

Observé como papá asintió comprendiendo la situación, pero la única que seguía inconforme era mi madre. Al menos fue un completo alivio cuando no volvío a mencionar nada más y decidieron irse.
Papá y Samuel se despidieron de Darien estrechando sus manos, mientras que mi madre solo asintió y fue la primera en subir al auto.

Estando solos, solté un enorme suspiró de alivio y a la vez cansancio.

—¿Estás bien? —preguntó Darien tomando asiento a mi lado.

—Lo lamento, no quería que tuvieras esa mala impresión con mi familia.

—Esta bien, no te preocupes cariño

Negué.
Conocer a la familia de Darien fue completamente diferente a como él conoció a la mía.
Bunny me trató con cariño y respeto.
Mi madre juzgó a Darien en el primer instante en el que lo vio.
Era obvio que las relaciones entre suegras casi no suelen ser perfectas.

—Nena, ¿Por qué no hablaste con tu familia desde un principio?

—Porque tenía miedo de su reacción, justo como lo que pasó —suspiré—. Para mis padres yo soy la hija correcta, la que mantiene todas sus perspectivas en la cima, o más bien es mi madre quien las mantiene. A papá solo le interesa saber que sus hijos se encuentren bien y que hagan lo que les gusté. Por esa razón al enterarme de que estaba embarazada decidí guardarlo y no contarles nada hasta que la ocasión lo ameritaba, y creo que esa ocasión llegó el día de hoy.

—No debiste hacerlo tu sola —me abrazó.

—Fue algo de imprevisto —lo Miré—, aún así llegaste a tiempo y te agradezco por defenderme

Darien tomó mis manos depositando un beso entre ellas.

—No me agradezcas nada. Pero no me gusta verte en ese estado vulnerable amor, me gusta ver a la Serena sonriente y alegre. Me gusta ver a la Serena de la que me enamoré.

Cada palabra fue a dar directamente a mi corazón. Darien demostraba amor además de mucha paciencia, no puedo olvidar las acciones que él ha hecho en estos meses o la forma en como se emocionó la primera vez en escuchar los latidos de nuestro bebé.
Darien es un completo amor.
Así que sin pensarlo me lancé abrazarlo, sus brazos me rodearon con fuerza manteniéndome unida a él, y después lo besé.
En ese instante ninguno de los dos sabía como reaccionar pero después, todo fue mágico.

Nuestras bocas festejaban por volver a encontrarse, nuestras lenguas se alegraban al estar juntas, y nuestros cuerpos se deseaban como la última vez.
Lo positivo es que mis hormonas dejaban que mi cerebro se bloqueara por completo.

Mientras le quitaba la camisa a Darien, este me miró con amor y a la vez asegurándose si de verdad esto era algo que yo deseaba.

—Es lo que más deseo. —murmuré inclinandome hacia él.

—Entonces, deseo cumplido amor.

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