Ya había pasado un tiempo y actualmente nuestra tienda de ropa era muy famosa en el Distrito Rojo, obteníamos muy buenas ganancias, en serio que eran muy buenas, e incluso realizábamos algunos pedidos personalizados cuando la paga era generosa. Respecto a la comida no teníamos problemas, la tienda era una buena fuente de chismes... y con solo escuchar a mis clientas me podía enterar de cada chica que tenía planeado fugarse pronto de su casa de trabajo. Víctimas gratis. Después de todo ¿quién sospecharía si desaparecían?
También planeamos una pequeña estrategia a futuro. Supuestamente proveníamos de una gran familia de comerciantes y nosotros daríamos nuestro local a la siguiente generación de nuestra familia cuando ya no estemos. Siempre serían dos hermanos, y siempre serían muy unidos. Con esto nos asegurábamos el local para siempre.
Era un fin de semana tranquilo y decidimos cerrar la tienda temprano para salir a pasear. Decidimos ir al bosque y estábamos en plena carrear cuando repentinamente lo perdí de vista. Me asusté cuando una niebla espesa empezó a rodearme, hasta que oí una voz."Ha sido un tiempo Ashley."
"¡¿Quién eres?!"
"Llámame Aria. Soy lo que ustedes llaman... una deidad" Su voz sonaba tan distante y lejana. Parecía como un eco.
"Entonces... ¿tú fuiste la que me hizo reencarnar aquí? Dije ya un poco más calmada.
"Acertaste querida. Tómalo como un regalo."
"¿Por qué lo hiciste?"
"Porque quería que cambiarás la historia. Sólo un poco. Además, yo también apreciaba a los hermanos demonio y no me gustó su final. A ti también te vi por un tiempo querida y me pareció que merecías otra oportunidad."
"En ese caso... gracias."
"No tengo mucho tiempo así que seré breve. Te concederé algunos dones. Primero, podrás cambiar tu apariencia a voluntad y esto no gastará tu energía en lo más mínimo, aunque seguirás siendo un demonio. Este poder también podrás usarlo en los demás. Te servirá más como un camuflaje."
"Me gusta como suena eso..."
"Bien, el segundo es... ¡una mansión! Toma este anillo. Será invisible con tal solo imaginarlo. Pídele que te permita entrar y automáticamente aparecerás en la casa de tus sueños. También podrás ampliar tu casa a voluntad y se crearán nuevos cuartos con solo imaginarlo. Cualquier persona podrá entrar a tu casa siempre que tu mantengas contacto con ellos al momento, eso es si es su primera vez ahí. En caso de que sean visitantes frecuentes puedes concederles un permiso permanente. Para esto solo debes decir lo siguiente: Yo concedo mi permiso a (nombre) para que pueda ingresar a mi mansión siempre que lo desee. Luego de eso aparecerá un pequeño tatuaje en su brazo y pues... ¡eso sería todo!"
Yo estaba emocionada mientras esperaba ansiosa mis próximos regalos.
"El tercer regalo. Muzan nunca podrá acceder a tus recuerdos del otro mundo, ni a esta conversación que estamos teniendo. Tampoco se enterará de las conversaciones o recuerdos que tengas con tu hermano o cualquier involucrado en este tema. Respecto a si decides cambiar tu apariencia, él podría tomarlo como que eres muy talentosa en ese aspecto. Ya han existido demonios así. Pocos, pero ha habido. Así que no te preocupes."
"Que alivio..."
"Y mi último regalo querida, tendrás un amplio conocimiento y habilidad en la elaboración de nuevas sustancias. Venenos, medicinas, podrás crear cualquiera de estos y más, y modificarlos a tu antojo. Confío en que esto te será útil a futuro."
"Gracias por todo señorita Aria. No sé qué de-"
"Mejor no digas nada porque puede que no te guste lo que estoy por hacer."
"¿A que se refie-?"
"No podrás actuar por voluntad propia hasta que inicie la historia de este mundo. Cuando Muzan acabe con la familia de Tanjiro, tu recién despertarás. Hasta que llegue ese momento, actuarás como si esto no hubiese pasado nunca. Tú y Gyutaro seguirán fortaleciéndose, pero no superarán el rango de 6ta superior."
"Per-"
"Gozarás de la libertad de usar tus nuevos poderes cuando todo comience, no antes. Se podría decir que tomaré el control de tu cuerpo temporalmente pero me portaré tal cual tú lo harías. Esto es porque no quiero que cambies tanto la historia original. Me gustaría ver que todos los personajes estén en sus respectivos lugares. Ahí recién podrás actuar como tú desees. Y antes de que preguntes. Para Gyutaro será como que simplemente te detuviste a ver algo por un instante. El tiempo no es lo mismo aquí que en el mundo real. Yo me ocuparé de todo por ahora. Descansa hasta el próximo siglo... querida Daki."Y así sentí como mi mente... se apagó.
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UN SIGLO (aprox.) DESPUÉS...
Sentí como si acabara se despertar de una larga siesta. Y un montón de recuerdos que no eran míos pero sí al mismo tiempo empezaron a inundar mi cabeza. Hoy era el día. Hoy empezaba la historia. Por fin despierta... Veo que conseguimos un buen apartamento... y el negocio sigue en pie y generando muchas ganancias. Eso es bueno. Pero ya no hay tiempo que perder.
"¡... Daki... Daki!"
"¿Eh? ¿Qué pasa Gyutaro?"
"Te pregunté si podrías hacerle algunas mejoras a mi traje."
"Lo haré luego. Verás... hace poco descubrí un nuevo poder mío. Vamos al bosque y te lo muestro."
"Está bien, pero mejor espera un poco que apenas está anocheciendo."
"Bueno..."
Después de una media hora por fin nos dirigimos al bosque.Lindo anillito, por favor concédeme la entrada a mi gran mansión. "Gyutaro toma mi mano."
Y así mágicamente fuimos transportados a nuestro nueva residencia.
"¡Wow! ¿Qué lugar es este Daki?"
"Nuestro nuevo hogar Gyutaro... No me preguntes cómo ¡Solo disfrútalo!"
"¡Tengo que ver toda la casa!"
"¡Te acompaño ok! Yo tampoco la he visto toda aún." En realidad no he visto nada todavía...Tardamos un buen rato explorando toda la casa. Quedé maravillada. Aunque cuando llegamos a la sala de cine, y a mi sala de estudio tuve que decirle a Gyutaro que esas cosas (los equipos electrónicos) simplemente aparecieron y que ya lo descubriríamos con el tiempo. Parece que me creyó.
"Está casa, no, ¡está mansión parece un sueño!" Gritó él muy emocionado.
"¡Completamente de acuerdo!" Me sentía muy contenta y extasiada pero al poco rato logré controlarme."Gyutaro... supongo que notaste nuestros closets."
"Por supuesto... están repletos de ropa."
"Así que a partir de hoy elige lo que quieras de ahí, volveré en un rato ¿vale? Necesito decirle a la sueña del departamento que ya no ocuparemos más ese lugar."
"No demores por favor Daki, seguiré explorando un poco."No tardé mucho con ese asunto y volví lo más rápido que pude con Gyutaro. Lo encontré en su cuarto leyendo un libro que decía Percy Jackson y el ladrón del rayo.
"Volví Gyutaro ¿qué haces?"
"Me encontré este libro... por ahora me parece interesante."
"Ah... ¿en serio? ¿Y de qué trata?" Como no recordar este libro... si fue el primero de una maravillosa saga.
"Un chico llamado Percy que dice ser un semidios, el hijo de un dios y una mortal. Pero aún me falta mucho por leer así que... seguiré pues."
"Me parece bien y aunque yo también quiera relajarme tenemos que abrir ya la tienda hermanito. Sabes que la clientela de noche es más concurrida."
"Está bien ya voy..."
Tal como dije la gente empezó a llegar tan pronto como abrimos y atendía con una sonrisa a cada persona que llegaba. Pero hubo un cliente que llamó mi atención, bueno clientes.
Era una familia. Había un padre, una madre, y tres niños. Continué observándolos mientras ellos escogían algunas prendas para cada integrante de su familia.
El menos de los niños me recordaba a alguien. Tenía el pelo negro y los ojos azules. Su mirada era tan inocente como lo puede ser la mirada de un niños de 8 años y se le veía muy feliz con su familia.
¿... A quién me recuerdas pequeño?
"Buenas noches, quisiéramos comprar estos." Me dijo el padre de la familia mientras me entregaba varios yukatas, haoris y kimonos de distintos tamaños.
"Por supuesto." Le respondí amablemente.
Luego de verificar todos los productos y dar un precio el señor me pago, y vi cómo toda la familia se retiraba felizmente de nuestra tienda.
"Daki, ¿qué pasó con el niño? Vi cómo lo mirabas."
"¿Y eso qué tiene? Un guardia de seguridad no tiene por qué preguntar esas cosas a la dueña..."
"Jaja, ya deja la broma hermanita. Hablo en serio."
"Ya bueno, simplemente me pareció lindo. Tú ya sabes de mi debilidad por los niños."
"Debí suponerlo... ¿en serio no vas a cambiar esa política nunca? Puede que te resulte contraproducente en el futuro."
"Nop, pase lo que pase no cambiaré de opinión. Puedo matar a cualquier persona menos a los niños. Ellos no merecen sufrir."
"Bueno... ya para que lo intento. No diré más del tema."
"Así es mejor hermanito..."
Luego de nuestra corta charla él volvió a su puesto mientras yo me seguía preguntando dónde había visto a ese niño antes. ¿quizás de mi vida pasada? No, no lo creo. Estuve así un rato más hasta que por fin lo recordé.
Ese niño me recordó a Rui. El niño araña del Monte Natagumo. Y la primera Luna Inferior que Tanjiro enfrentó.
Creo que pronto tendré que interferir un poco en la historia...