"Oye, ¿Cuándo crees que nos llamen?"
"No estoy segura, solo hay que esperar ¿vale?"
"Ok..."Nos tiramos un rato para ver el cielo mientras tratábamos de formar figuras con las estrellas.
"Esas parecen formar un obi." Dije señalando un grupo de estrellas.
"Y las de al lado parecen una guadaña." Señaló otro grupo que estaba justo al costado.
"Jaja se parecen a nuestras armas."
"Oye... ¿me prometes que siempre estaremos juntos verdad?" Le pregunté mientras me levantaba.
"Lo prometo. Nunca te dejaré hermanita." También se puso de pie y se agachó un poco para darme un abrazo.Era un momento agradable entre hermanos que realmente disfruté y me habría quedado un largo rato así, de no ser por la repentina teletransportación que nos llevó a la Fortaleza infinita. Parece que ya era hora.
"Me sorprende lo lejos que han llegado. No veía un ascenso tan rápido desde lo de Douma. He decidido que a partir de hoy formaran parte de las Lunas Superiores. Bienvenidos a las grandes ligas, sexta superior."
Sentí nuevamente como el kanji en nuestros ojos cambiaba pero esta vez apenas sentí dolor. Habíamos llegado al fin. Lo habíamos logrado.
"A partir de ahora se les asignarán nuevas misiones. Esto solo es otorgado a las Crecientes. Su principal misión es encontrar la flor del Lirio araña azul. También deben encontrar la organización de cazadores y acabar con ellos. Esas serían las principales... ahora conozcan a sus nuevos compañeros."
Recién me di cuenta que las otras Lunas superiores también estaban presentes, éstas habían permanecido en un silencio absoluto. Me quedé por un momento sin palabras. Verlos en persona era increíble.
Muzan nos miró un momento más antes de retirarse, dejándonos con nuestros nuevos compañeros.
"Eh... ¿Hola? Dirigí mi saludo a nadie en particular, solo esperaba que alguien me lo devolviera.
"¡Hola Daki! ¡Hola Gyutaro! ¡Cuánto han crecido chicos! Dijo cierto rubio que reconocería en cualquier lugar, aunque se suponía que yo no lo había visto así que decidí fingir un poco.
"Disculpe... ¿lo conozco?"
"¿No me recuerdas? ¡Yo fui quien los convirtió!" Dijo con una gran sonrisa "Gyutaro debe haberte hablado de mí."
"¡Ah! Señor Douma. ¡Por fin lo conozco! Gracias por salvarnos esa noche. No tengo palabras para expresar mi agradecimiento." Aún no sabía muy bien que pensar de él pero decidí ser amable.
"No te preocupes Daki, tú solo dime Douma. No hay necesidad de formalidades." Y al momento siguiente se acercó a abrazarme, pude sentir un aura enojada detrás mío. Creo que era Gyutaro. "No pensé que los vería así de nuevo ni..."Gyutaro me alejó de él abruptamente y se presentó así mismo. Ay hermanito...
"Hola señor Douma, ¿me recuerda? soy Gyutaro, hermano de Daki. Gracias por todo pero por favor... No te acerques a mi hermana" Dijo con una voz algo escalofriante.
"Tranquilo Gyutaro. Solo que me puso feliz verlos de nuevo a ambos luego de tanto tiempo" Le respondió con su sonrisa de siempre.
"*cof cof* ¿Cuánto tiempo más piensan ignorarnos?"
Giré mi cabeza en dirección a la nueva voz y me di cuenta que era Akaza. Él también es muy guapo...
"Lo siento mucho. Nos distrajimos un poco. Mi nombre es Daki y el de mi hermano es Gyutaro. ¿Podría saber su nombre?" Mi mejor curso de acción era ser respetuosa con todos si quería llevarme bien con ellos. En la serie nunca se mencionó exactamente cómo era de la relación de Daki con las demás Lunas.
"Bien. Mi nombre es Akaza, tercera Superior." Parece que iba a decir algo más pero fue interrumpido.
"Gyo, Gyo ¿ya es mi turno de presentarme?"
"Haz lo que quieras" Gruñó un Akaza algo irritado.
"Hola, hola. Yo soy Gyokko, la quinta Superior. Díganme ¿qué les parecen mis obras de arte? Y procedió a mostrarme un jarrón que era muy bonito pero éste mostraba una especie de escultura hecha con pedazos de cuerpo de mujeres.
"Eso es algo muy ext-" Callé a Gyutaro antes de que terminara, sabiendo ya lo que iba a decir.
"Es extremadamente único. Usted tiene un gusto exquisito del arte."
"¡Tú sí que sabes apreciar el buen arte!"Queriendo acabar pronto las presentaciones dirigí mi mirada al próximo.
"¿Y usted cómo se llama?" Pregunté a un tembloroso demonio.
"¡Ah! Y-yo soy H-Hantengu... ¡No me hagas daño!"
"Ok... Un gusto conocerlo Señor Hantengu."
"Él es la cuarta Superior" Me susurró Gyokko.
"Entendido" Le devolví con el mismo tono.
Finalmente mi mirada se posó en la última Luna faltante. "Saludo a la primera Superior" Dirigí una leve reverencia ante él, lo cual había hecho con todas las demás Lunas también. "¿Me permitiría saber su nombre?"Me miró un rato pero al final contestó.
"Kokushibo."
Extrañamente Gyutaro que no había dicho nada hasta ahora también se acercó y con una leve inclinación de cabeza dijo lo siguiente.
"Un honor conocerlo Señor Kokushibo" Luego de eso se mantuvo callado y se subió la capucha, yo decidí dejar la mía baja por ahora.
"Creo que ya debemos irnos. Un gusto haberlos conocido." Gyutaro dijo para luego llevarme a su lado "Eh... ¿cómo salimos de aquí?"
"¿Por qué tienen tanta prisa por irse?" Dijo Douma sonando algo triste.
"Solo díganle a Nakime. Ella se encarga del transporte de la fortaleza." Dijo Akaza feliz de dar la contra a Douma.
"¿Nakime? ¿Y dónde está?" Sigue con el acto Daki...
"Allá arriba" Akaza señaló una plataforma superior.
"Un gusto conocerla señorita Nakime. Lamento mis saludos tardíos."
"Lo mismo digo." Me siguió Gyutaro
"Disculpe. Podría por favor llevarnos a dónde estábamos antes."Dos rasguidos de biwa y nuevamente aparecimos en el bosque.
"Fue divertido, ¿no?"
"No tanto... Douma no me cae."
"*suspiro* Gyutaro... ¿no será por qué es guapo?"
"Solo no me cae." Pude notar que sí era por eso pero decidí dejar el tema.
"Bueno, quería comentarte algo."
"¿Y eso sería?"
"Creo que es hora de encontrar un trabajo. Ya sabes, para pasar desapercibidos por los humanos."
"Ah, si eso es cierto... aunque no tengo ni idea..."
"Podríamos abrir una tienda de ropa en el distrito Rojo." Sugerí dudosa. "Sería una abierta para todo el público, habría yukatas, haoris y kimonos de todo tipo. Tanto para hombres como mujeres obviamente. De lo sencillo a lo más glamuroso."
"Eres muy creativa Daki. Me gusta tu idea, pero... ¿cómo abriremos esa tienda en primer lugar si no tenemos nada de dinero ahora mismo?"
"Ah... cierto. ¿Te parece bien empezar trabajando en un restaurante?"
"¿En serio? *suspiro* Da igual... de todas formas no será mucho tiempo ¿no?"
"Solo hasta que ahorremos lo suficiente para comprar un local y podamos abrir la tienda. Además, el tiempo es lo que nos sobra."
"Bien, bien. Entonces eso haremos hermanita. Pero que haremos con... esto" Dijo señalándose a sí mismo de cuerpo completo y a mi cabello.
"¿Eh? Ah te refieres a nuestro aspecto físico. Por favor eso es fácil, solo usemos el camuflaje humano. Y sí ya sé qué dirás, que gasta mucha energía... pero tranquilo solo será cuando estemos frente a los humanos. Podemos aguantar."
"Qué más da. Bien, pues vamos."
Así fue como ambos decidimos volver al Distrito Rojo, y que por muy malos recuerdos que tengamos ahí también guardábamos algunos muy buenos. Después de todo, fue el lugar en el que crecimos.