"¡He vuelto Gyutaro!" Grité emocionada mientras entraba a nuestra tienda.
"¿Daki? ¡Daki!" Corrió igual de emocionado a abrazarme. "En serio hermanita... ¡Dos meses! ¿Sabes lo preocupado que estaba?"
"Pero lo importante es que ya estoy aquí ¿no?."
"Si, me alegró verte bien. ¿Y ahora que me tienes que contar?" Se cruzó de brazos de forma interrogativa.
"Bueno, llegué a conocer a..."
Estuvimos hablando un buen rato acerca de Rui y su familia, a él le pareció algo injusto ese trato "especial" que tenía pero después le restó importancia, le conté las actividades que hicimos y lo lindo que me pareció la arañita."Hermanito ahora que estoy de vuelta te tengo una pregunta."
"Dime cual es."
"¿Has seguido entrenando en mi ausencia?"
"Eh... ¿sí?"
"Ya veo, ya veo. OK... hoy cerraremos la tienda temprano. Sabes que nuestro entrenamiento es algo que no debemos descuidar." Le dirigí una mirada levemente molesta para después cerrar la tienda y ambos transportarnos a nuestra casa.
Había un gran bosque alrededor de nuestra casa al cual íbamos a entrenar cada vez que podíamos. Entrenábamos nuestra agilidad, fuerza, velocidad y combates tanto a corta como larga distancia. Practicábamos nuestras técnicas y las perfeccionábamos lo mejor que podíamos para encontrar nuevas. Por ahora teníamos los mismos poderes que en el anime pero eso no sería por mucho tiempo.
Yo sabía que Tanjiro tendría 2 años de entrenamiento antes de empezar su verdadera aventura así que decidí no hacer mucho por ahora. En mis objetivos personales planeaba salvar a algunos demonios y quizás pilares. Claro, obviamente en mis planes no estaba la muerte de ningún niño, simplemente no podía quitarles la vida así que el equipo Kamaboko estaba a salvo de mí. Y lo mismo para los demonios con apariencia de niño.
Seguí algo perdida en mis pensamiento hasta que escuché a un nuevo cliente entrar. Era un chico aparentemente joven y siendo sincera era muy guapo. Lo primero que noté fue la molestia en el rostro de Gyutaro al verlo, era de esperarse. Parecía que el chico estaba buscando algo en específico, luego de un rato lo vi escoger un hermoso kimono, probablemente para su novia y vino hacía mí para pagarlo.
Cuando me vio se quedó congelado por unos segundos y parecía incapaz de hablar. No era la primera vez que me pasaba algo como esto porque con mi disfraz de humana yo tenía la apariencia de Ume y esto dejaba a los hombres... ¿cómo decirlo?, sin aliento por mi belleza.
Supuse que con él pasaría lo mismo de siempre, despertaría, pagaría y se iría con una sonrisa en el rostro pero con este chico pasó algo... distinto.
"Buenas tardes señorita, es la primera vez que vengo a esta tienda. ¿Es usted la dueña?"
"Así es. Yo y mi hermano somos los dueños." Respondí señalando a Gyutaro.
"Ya veo, también he notado que usted es una chica muy encantadora. ¿Puedo saber el nombre de tan hermosa dama?"
"Parece que eres nuevo por aquí, todos en la ciudad me conocen. Mi nombre es Kimura Sakura." De reojo pude ver a Gyutaro mirarnos.
"Un hermoso nombre señorita Kimura. Me llamo Endo Kenta. Como usted dijo no soy de por aquí, provengo de un famoso clan muy lejos de esta ciudad. Mi familia es muy rica e influyente de dónde vengo. Y debo decir que he quedado cautivado por su belleza, si me permite dec-"
"Señor Endo, agradezco sus cumplidos pero por favor, no siga. Yo no busco contraer matrimonio. Estoy feliz con la tienda que tengo actualmente, la cual por cierto me produce muy buenas ganancias, y tampoco pienso dejar a mi hermano nunca. Si eso es todo, ya se puede retirar y agradezco su compra." Le respondí amablemente mientras esperaba a que me pagara por el kimono.
"Me estás... ¿rechazando?" Su aura amable desapareció repentinamente y pude ver como su sonrisa gentil se convertía en una mueca de desprecio.
Así que por fin dejarás tu tonta fachada...
"Creo que no me ha entendido... para empezar nunca lo acepté."
"Escúchame bien, sería bueno para ti reconsiderar tu decisión. Como te dije antes, mi familia es muy poderosa y también tienen una amplia gama de información... que cualquiera solo podría soñar."
"Señor estoy perdiendo la paciencia así que retírese ya por favor. Además ¿va a pagar o no?"
"Ya no quiero nada de esta tienda, me voy. Pero te prometo que más tarde te arrepentirás." Y así salió por la puerta de mi local luciendo furioso.
Que molestia... otro tipo con complejo de superioridad.
"Daki... ¿no crees que ese tipo necesita una pequeña lección?" Gyutaro tenía una mirada asesina en su rostro mientras veía la puerta por la que el tipo acababa de salir.
"No crea que sea necesario hermanito, sabes que no es la primera vez que sucede algo como esto."
"Pero lo viste... ¿cómo se atreve a hablarte de esa forma? De verdad quiero matarlo... él ya tiene un buen rostro, seguramente piensa que todas las mujeres deben adorarlo... por eso se portó así contigo... que envidia... lo odio..." Gyutaro empezó a rascarse la cara y pude ver como rasguños rojos empezaban a aparecer.
"Gyutaro, basta." Sostuve sus brazos para detenerlo. "No te hagas daño por favor, esas personas no valen la pena. Además, tú también eres guapo a tu modo, tienes un gran corazón. Me salvaste hermanito... los demás no entienden lo bueno que eres."
"Solo lo dices porque eres mi hermana... pero sabes tan bien como yo lo horrible que soy... ni siquiera con mi disfraz humano puedo desaparecer estas horribles manchas y mi contextura corporal sigue siendo muy pobre... Los destinos nunca estuvieron a mi favor..." Volvió a lamentarse y quejarse y verlo así en serio que me causaba mucha tristeza, ya no quería que eso continuara.
"*suspiro* Bien... ¿de verdad quieres cambiar? Si tuvieras la oportunidad ¿cambiarías tu apariencia?"
"Claro que sí... pero sé que es imposible. Nací de esta forma y no podré cambiarla ni aunque lo desee."
"Ok, comprendo... parece que hoy volveremos a cerrar temprano..."
Cerré rápidamente la tienda y le dije a Gyutaro que teníamos que volver a casa ahora. Él no entendió el motivo pero igual me hizo caso. Si esto te hace sentir mejor...
"Hermanito... hace poco descubrí otro poder mío..."
"Qu-?
"No me interrumpas por favor. En pocas palabras, puedo cambiar la apariencia de un demonio a voluntad, puede ser como yo lo desee y lo mejor es que... esto no gasta mi energía a largo plazo. Solamente en el momento de la transformación pero puede mantenerse por siempre sí así lo desea el anfitrión."
"Me estás diciendo que... ¿puedes cambiar mi rostro?"
"Puedo cambiarte totalmente... ¿aún lo deseas?"
"Si... ¡sí! Bueno... estaría feliz con eso."
"Entonces adelante..." Espero que con esto seas más feliz...
Este proceso demoraba un poco, exactamente media hora pero al menos no tenía efectos contraproducentes y a diferencia de Rui solo debía concentrarme en el demonio elegido mientras lo cambiaba. Esto no producía dolor alguno, solo un extraño hormigueo en todo el cuerpo que al poco rato desaparecía. Lo digo por experiencia ya que usé esto en mí primero. Aunque apenas lo probé ayer y debo decir que me gustó el resultado.
"Ya estás listo hermanito... mírate al espejo" Lo miré expectante.
"Ese... ¿soy yo?" Estaba muy sorprendido mientras seguía mirando su ahora nuevo reflejo y se tocaba continuamente el rostro para comprobar que sus ojos no lo engañaban.