ᴇʟ ɢʀɪs ᴅᴇʟ ᴄɪᴇʟᴏ pt1

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Yandere x asesina reader

⚠️Advertencia: Mención de secuestro, revictimización, homicidio y acoso

OC: Sven Lindström

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"𝑷𝒓𝒆𝒇𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒂𝒓𝒓𝒂𝒏𝒄𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔, 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖́ 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒂 

𝒚 𝒔𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔 𝒅𝒊𝒇𝒊́𝒄𝒊𝒍 𝒅𝒆 𝒄𝒓𝒆𝒆𝒓 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒐 𝒕𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒕𝒆𝒏𝒆𝒛𝒄𝒐"

Pale waves- you don't  own me

La anciana la miró con compasión, era la primera vez desde hace mucho que alguien mostraba una emoción genuina sin juzgarla antes. Allí afuera todo tipo de comentarios nada bonitos salían de las bocas de un montón de desquehacerados  que en su vida conocieron la palabra empatía y educación, gente de mentalidad tan lineal y simple que solo vive, come, caga y respira sin usar el cerebro para más que sus funciones biológicas. Estaba, está —valga la redundancia— sola, sin nadie en el mundo más que las aves que ve volar de vez en vez sobre la pequeña explanada de baloncesto, libres y sin ataduras. Le gusta imaginar a veces que cada una de esa parvada es alguien de su ya extinta familia que viene a darle aliento cuando las palabras de afuera la hunden en recuerdos que tiene tan vividos como el presente.

—No se que es lo que le pasa a los jueces— Dice la abuela, dando una calada a su cigarro— Pero este es un lugar en el que no deberías estar.

El barullo enardecido de la cancha resuena muy apenas para ambas que han formado una pequeña burbuja invisible al pie de las gradas, apartando su atención voluntariamente del exterior. Ella saca su cajetilla y enciende un cigarro también, nunca fue fan del tabaco y este es un mal hábito adquirido recientemente más por melancolía que por desesperación y ocio.

—Da igual— suelta despreocupada —De todas formas no tengo a nadie allá afuera, todos están muertos. Aquí al menos tengo comida, techo y una cama donde dormir.

El partido de sus compañeras era emocionante pero a ____ poco le importaba el espectáculo, hace mucho que tiene la mayoría de sus sentimientos cauterizados. Depresión fue el diagnóstico del psiquiatra, depresión y un montón de trastornos más que ya no escuchó por observar la corbata verde con estampados de limón del doctor y perderse en los detalles de esta, ese a diferencia del tabaquismo -según ella- si es un mal hábito que se le pegó durante el tiempo en el que estuvo encerrada al lado de su pesadilla y normalmente lo empleaba cuando el secuestrador se tornaba insoportable y peligroso.  

—Tu y yo nos parecemos— Declaró con mucha seguridad—Pero la única diferencia es que yo estaba casada con el condenado hombre ese — Expresa lo último con desprecio. 

Ríe sin ganas ante el paralelismo asombroso de sus situaciones a medida que le cuenta su historia sin habérselo pedido. Año mil novecientos y algo, el difunto de la mujer a su costado llegó en su mula raquítica y sarnosa a la choza de ella, fanfarroneando con un saco de monedas para su familia, a cambio de su joven mano. En aquel tiempo lo que tenía el costalito era suficiente para hacerse de terrenos, hoy en día eso valdría la renta de un departamento no tan destartalado en una colonia más o menos decadente; su padre, cegado por la avaricia y su necesidad de alcohol la entregó sin preguntarle a nadie más que a sus... ni bien entregada se la llevó a la iglesia donde la obligó a dar el sí a punta de pistola.

『✙ Yᴀɴᴅᴇʀᴇ Oɴᴇ Sʜᴏᴛs ✙』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora