『✙ Yᴀɴᴅᴇʀᴇ Oɴᴇ Sʜᴏᴛs ✙』

ɢʀɪᴇᴛᴀs ᴇɴ ᴇʟ ᴄʀɪsᴛᴀʟ

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Yandere profesor x alumna reader

⚠️Advertencia: diferencia de edad (posible efebofilia), tortura psicológica, física, contacto físico no consensuado y gasligth. historia basada parcialmente en una serie de hechos de la vida real que la autora presenció en su adolescencia.

OC: Samael Toledo

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"𝑴𝒖𝒆́𝒔𝒕𝒓𝒂𝒎𝒆 𝒕𝒖𝒔 𝒅𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔

𝒎𝒊́𝒓𝒂𝒎𝒆

𝒎𝒊́𝒓𝒂𝒎𝒆

𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒗𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐, 𝒂𝒔𝒊́ 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒊 "𝒒𝒖𝒆𝒔𝒐"

Poppy- say cheese

Jamás había imaginado un lugar en el cuadro de honor, ni siquiera en sus sueños más extravagantes. La ovación va dirigida hacia ella por primera vez en su vida. Entre la multitud puede ver nada más que dientes y la mueca arrogante de su madre que se pavonea con orgullo ante las miradas de los demás padres de familia, simples mortales cuyos vástagos jamás en su vida tuvieron reconocimientos académicos como su hija. Vuelve a sentarse mientras con sus manos acomoda su falda tras los muslos sin dejar de sonreírle al resto.

"𝒀𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒓 𝒅𝒆 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒆𝒊𝒓 ____,  𝒆𝒍 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒕𝒆𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝒐𝒕𝒓𝒐 𝒍𝒂𝒅𝒐"

Las mejillas le duelen al igual que los dedos. Siente culpa al ver a su amigo a su lado con esa venda cubriéndole gran parte de la cara e inconscientemente se muerde las vendas.

"𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐́𝒏𝒂𝒎𝒆 𝑯𝒆𝒓𝒏𝒂́𝒏, 𝒅𝒆𝒃𝒊́ 𝒉𝒂𝒃𝒆𝒓 𝒓𝒆𝒑𝒓𝒐𝒃𝒂𝒅𝒐. 𝑻𝒖 𝒏𝒐 𝒕𝒆 𝒎𝒆𝒓𝒆𝒄𝒊́𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒐" 

Su amigo le dedica una sonrisa que tiene como único fin consolarla, además de sus palabras. Otra ronda de aplausos va dirigida al muchacho que, tímido, agacha la cabeza. Sin que nadie se de cuenta pone su mano sobre la de su amiga para darle fortaleza, la conoce lo suficiente que sabe incluso antes que ella cuando está a punto de ebullición. La cara de ella se relaja, pero sus ojos se tornan vidriosos y poco a poco adoptan una expresión de sufrimiento que no dura más allá de tres segundos. 

"𝑨 𝒍𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒏 𝒂𝒈𝒓𝒂𝒅𝒆𝒄𝒆𝒓𝒍𝒆𝒔 𝒆𝒔 𝒂 𝒔𝒖𝒔 𝒉𝒊𝒋𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒆𝒍 𝒆𝒎𝒑𝒆𝒏̃𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒐𝒏𝒆𝒏 𝒆𝒏 𝒔𝒖𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒖𝒅𝒊𝒐𝒔, 𝒂𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒍𝒂𝒓𝒐, 𝒏𝒐 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒆𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒂́𝒔 𝒂𝒍𝒍𝒂́ 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒎𝒂𝒕𝒆𝒓𝒊𝒂 𝒆𝒙𝒊𝒔𝒕𝒆𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒅𝒆𝒎𝒂́𝒔"  

Alardeando como siempre está el profesor frente a los padres -en su mayoría madres- que asisten a cada entrega de calificaciones, aplauden y admiran el método de enseñar que tiene ya que hasta el "burro y flojo" de la clase tiene como mínima de promedio un 9.5 aunque en el resto de las materias sus notas den vergüenza. La respuesta a esa diligencia es lo aterrador que puede ser el maestro; los alumnos no saben exactamente qué es lo que les da miedo de el, si es su mirada de hielo, el tono grave y textura áspera de su voz o su estatura y semblante estoico que parece romperse en furia de un momento a otro.