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Oscar

Entre al taller para hacer las pruebas con mi nuevo monoplaza para la temporada.

Salude a quien me encontraba, hasta llegar a donde estaban los ingenieros haciendo su trabajo.

Mire a la hermosa castaña que tenia sus manos en mi auto.

Stephanie, la italiana gruñona, juro que me odia.

—Mi chica favorita—dije con una sonrisa cuando llegue a la chica que tenia una pinza en la boca.

Ella alzo la mirada y rodo los ojos.

—Que le haces a mi bebé—pregunte para romper el silencio.

Ella quito la pinza de su boca.

—Ultimos detalles.

Amaba su voz, es tan, no sé.

Su acento italiano que estaba muy marcado hasta cuando hablaba ingles es bellisimo, como musica para mis oidos.

Okey, lo acepto, estoy enamorado de mi Ingeniera principal.

Dejo el monoplaza y limpio sus manos con un trapo.

—Cuando estara listo—pregunte desesperado.

Ella me ignoro, como siempre.

—Acaso me estas escuchando—pregunte confundido.

Ella asintio y me sostuvo la mirada.

—No me gusta hablar mientras trabajo—suspiro—puedo cometer un error que te cueste la vida.

Guarde silencio y me quede callado mirando lo que hacia.

Cambio las llantas en un tiempo impresionante.

Se puso detras de una mesita y le pico a unos botones y el monoplaza por fin estuvo en el suelo.

Camine hasta mi monoplaza y lo mire con cariño.

—Quitamos estas cosas de adentro de tu antiguo monoplaza—me entrego una bolsa hermetica.

Tome la bolsa y mire la foto de mi familia, y otras cosas que tenia como amuletos.

—Gracias—susurre.

Ella asintio y se fue sin despedirce.

Que mal educada.

Me puse mi traje y me meti en el monoplaza esperando por mi volante.

—Aqui lo tienes—dijo cuando termino de ponerlo.

Tenia su cabello muy cerca de mi.

Olia a muy frutal, como a fresas.

Tenia su cabello atado en una coleta alta despeinada.

—Usas maquillaje—pregunte cuando mire sus mejillas rojas.

Negó.

—Tienes las mejillas sonrojadas.

—Siempre estan asi—dijo sin prestar mucha atencion.

Tiene razón, siempre la veo con las mejillas sonrojadas.

—Te hace ver adorable—dije sin pensar.

Ella no respondio y siguio arreglando los ultimos detalles.

—Listo—quito los ganchitos.

Y sali del garaje para dar unas vueltas.

El monoplaza se sentia bien, mas rapido que la vez pasada.

Despues de unas pruebas volvi a el garaje para agradecerle a Stephanie, pero ya no estaba, supuse que se fue a comer.

—Que tal tus vueltas—pregunto Lando mientras se unia a mi caminata.

The golden girlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora