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-Tom... -llamó Bill- ya vámonos, dejemos a Sara aquí. Gustav y Georg ya están preparando su funeral.

-Todavía quiero estar con ella... -hice una pausa- antes de que Sara muriera estaba demasiado apegada, no quería que nos separaramos... -suspiré- ¿estaría consciente de que sería su último momento? Si hubiera sabido que esto sucedería la habría abrazado con más fuerza, la habría abrazado por más tiempo... -dije mientras miles de recuerdos inundaban mi cabeza, muchos de ellos eran malos- sus historias, debí haber olido su cabello, besarla muchas veces, pero ya no podré hacerlo, no tuve el tiempo suficiente para hacerla feliz.

-Tom, tenemos que aceptar esto, pero antes de irse ví lo feliz que era Sara, ví su alegría al tenerte a ti y a Dalilah como sus padres.

Recuerdos, miles de recuerdos.

Abracé a mi hija, quizás hiba hacer la última vez que lo haga, eso me jodía.

-Ya es demasiado tarde, no puedo hacer nada de eso con ella porque ya se ha ido, se ha ido para siempre.

Las lágrimas salían de mis ojos, no soportaba el hecho de que está hiba hacer la última vez que abrace y bese a mi hija.

Tuve tanto tiempo para compartir con ella, pero fuí un muy mal padre, simplemente me odiaba. Dalilah tenía razón, yo había sido el culpable de la muerte de Sara, ella siempre me quiso.

°•DALILAH•°

Llegué a mi casa sintiendo un vacío enorme en mi corazón, todo lo que veía me recordaba a Sara.

Bill, Gustav y Georg estaban ahí, subí las escaleras y Bill iba conmigo.

-Dalilah, aquí está la habitación de Sara... -dijo mientras abría la puerta de la habitación- Gustav y yo incluso preparamos un póster de bienvenida para ella... -entramos a la habitación, ahí estaba el póster de bienvenida- sabíamos que estaría feliz de verlo, pero no sabíamos que no volvería, no puedo creer que ya no la veremos más.

-Bill... -lo llamé- gracias por cuidar a Sara como si fuera tu hija.

Bill sonrió al escuchar mis palabras.

-Amamos tanto a Sara, nos sorprendió su muerte. Sabemos que es mucho más doloroso para ti y Tom... -hizo una pausa- es mejor si se apoyan en uno al otro en momentos como este.

Asentí.

Bill se dirigió al clóset de Sara y lo abrió.

-Dalilah, esta es la ropa de Sara, ¿qué haremos con ella?

Me acerqué y agarré una blusa que habíamos comprado juntas, la abracé muy fuerte mientras la olía.

-Esta era la blusa de Sara, le gustaba mucho incluso si no era de su talla.

Bill sonrió.

Me acordé de algo, cuando compramos esa blusa yo le había dicho que quizás no le quede hasta los 16 años, Sara había sonreído y había dicho que cuando ella cumpliera 16 años me iba a dar 16 besos, sonreí al recordarlo.

-Recuerdo que Sara fue demasiado dulce el día que compramos está blusa... -hice una pausa- me pregunto cómo se vería ella al crecer, hubiese mantenido su promesa de besarme las 16 veces.

-Dalilah... -me llamó Bill, lo volteé a ver- seguramente ella ya no te besaría, de seguro besaría más a su novio adolescente.

-En realidad la entendería si ella ya no me besara... -sonreí- lo importante es que estuviese viva, entonces podría obligarla a besarme incluso si ella no quisiera hacerlo.

Dejé la blusa en su sitio, me volteé de nuevo a ver a Bill.

-Ella podría tener un novio y casarse... -sollozé- todavía tenía tantas cosas por vivir.

Bill tomó mis hombros.

-Dalilah -intentaba consolarme-

Abracé fuertemente a Bill, necesitaba un fuerte abrazo.

-No sé cómo aceptar esto, Bill.

Bill comenzó acariciar mi cabello mientras susurraba "tranquila"

-No sé cómo despertar de este mal sueño. Ella no debería morir antes que yo, yo debería morir antes que ella.

...

Me senté en la cama de Sara y agarré unas de sus almohadas.

Sonreí.

-La almohada de Sara todavía huele a ella.

Olía su almohada mientras lloraba descontroladamente, me acosté en la cama mientras abrazaba la almohada.

Era muy díficil aceptar esto.

Lágrimas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora