capítulo uno
—Si tuviera un dragón yo mismo te llevaría al Oeste, más allá del Mar del Ocaso, para descubrir sus misterios. No tendrías que aprender de eso en los libros cuando puedes vivirlo —Aemond le dijo a su hermana, apoyando su cabeza en sus piernas para que ella pudiera trenzarle el cabello como quisiera.
Viserra lo pico en la mejilla con diversión.
—Cuanto tengas a tu dragón debes prometerme que no me abandonaras, se lo importante que será para ti, pero no me olvides.
Aemond abrió un ojo para mirarla pero pronto volvió a cerrarlo cuando el sol le dio de lleno.
—Nunca te abandonaría. A dónde sea que yo vaya con mi dragón, tu vendrás —él afirmó— además, podrías volar juntos si reclamaras uno...
—Soy bastante feliz con los pies en la tierra —Viserra respondió con rapidez mientras terminaba con sus trenzas— cuando me envíen como novicia a la fe de los siete no podré hacerme cargo de un dragón. Estoy bien así.
El niño frunció el ceño.
—Dejaron que Daeron se llevará a Tessarion a Antigua —le dijo, sentándose para mirarla de frente. Ambos estaban sentados en el suelo, frente al gran ventanal que había en el salón de su madre— es tu derecho de nacimiento, eres un Targaryen.
Viserra se acomodó el cabello detrás de las orejas y le sonrió, el sol hacia que sus ojos violetas apenas fueran visibles.
—Nuestro hermano fue a formarse como escudero que nuestro tío —ella le recordó— yo me entregaré a la Fe y pronto seré Septa. No podré lidiar con un dragón.
—¿Y si Skywyrm seguiría con vida aún desearías unirte a la fe?
Él no tenía la intención de entristecer a su hermana, para él era absurdo que Viserra no anhelara tanto poseer un dragón como el, pero su hermana había tenido uno por muchos años.
Skywyrm le nació a Viserra en la cuna y tenían una fuerte conexión, pero el dragón contrajo una enfermedad extraña antes de que ella pudiera montarlo y unas cuantas lunas después murió. Viserra había estado triste durante muchas semanas, encerrándose en sus aposentos sin permitir que nadie la visitará hasta el que Rey tuvo una conversación con ella y su vida volvió a la normalidad.
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father forgive me | aemond targaryen
FanfictionHabía una sola cosa que el corazón de Viserra Targaryen anhelaba profundamente: el amor de su padre. El Rey como era bien sabido, apreciaba más a sus hijas que a sus hijos, pero su favorita por excelencia era su hija primogénita y Viserra era la últ...