Había una sola cosa que el corazón de Viserra Targaryen anhelaba profundamente: el amor de su padre.
El Rey como era bien sabido, apreciaba más a sus hijas que a sus hijos, pero su favorita por excelencia era su hija primogénita y Viserra era la últ...
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Se esperaba que Viserra partiera a Antigua con algunos de los guardias más confiables de su padre, pero se retrasó todo terriblemente. La mano del Rey, Lord Lyonel Strong había muerto en un terrible incendio en Harrenhal junto con su su hijo mayor, por lo que el puesto de mano había quedado vacío y sin nadie más confiable, el Rey Viserys convocó a nuevo a Otto Hightower.
Mientras la nueva mano del rey viajaba hacia la capital, llego una noticia desgarradora, Laena Velaryon, la esposa de Daemon, había muerto mientras intentaba dar a luz a su tercer hijo, y como muestra de respeto por la familia Velaryon se esperaba que toda la familia estuviera presente en su funeral, por lo que el viaje de Viserra se mantuvo en segundo lugar.
—Es una tontería —Aegon discutió con su hermano menor mientras aguardaban en los aposentos de su madre por la llegada de su abuelo— Harrenhal no estaba embrujada.
Aemond miró de reojo a Viserra, esperando que ella compartiera el mismo sentimiento que el por la poca muestra de predescisposion de su hermano por las datos históricos.
—Es solo lo que dicen, Aegon. Aparte de Lord Lyonel y su hijo, muchos señores de Harrenhal han tenido un final prematuro y desgarrador.
Aegon puso los ojos en blanco.
Los cuatro hijos presentes de la reina estaban posicionados de menor a mayor. Aegon, Helaena, Aemond y Viserra. Se esperaba que Otto hablara primero con el Rey y luego visitará a su familia.
—De todas formas —Aegon se encorvo de forma distraída mientras miraba por la ventana de los aposentos— ¿Cuando vendrá ese viejo? Ya me han privado de sufriente tiempo, podría estar haciendo cosas más interesantes.
Desde que Rhaenyra, Ser Laenor y sus hijos se habían ido a Rocadragon, Aegon se había sentido más solo y estaba mucho más molesto. El tiempo que pasaba con Luke y Jace ahora se lo pasaba molestando a Aemond.
—Aegon, es nuestro abuelo. No debes hablar así de el —Viserrs lo respondió, mirando la puerta de la habitación temianddo que su abuelo y su madre entrarán.
—Se fue antes de que tu nacieras, ni siquiera lo conoces no sé porque te importa tanto.
Helaena se agachó para mirar una cucaracha que pasó a su lado, desde su lugar hablo:
—¿Cómo era nuestro abuelo? no logró recordarlo
Aegon arrugó la nariz con asco cuando Helaena de puso nuevamente de pie pero con la cucaracha en la mano. Dio un paso hacia el costado para alejarse.
—Molesto.
Aemond negó con desaprobación.
—Madre dice que es un buen hombre.
Aegon se burló.
—Es como si Viserra dijera que nuestro padre nos ama. Es solo lo que ella quiere creer, lo aprendió de nuestra madre.