iv. viserra's duty

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capítulo cuatro

         capítulo cuatro

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El corte de Viserra en la frente era mínimo y el maestre le aseguro a su madre que no le quedaría ninguna cicatriz.

Alicent había enviado a todos sus hijos a la cama, mientras ella se encarga de cuidar de Aemond, Viserra había querido quedarse a su lado, pero no desobedeció a su madre.

—Helaena ¿Estás dormida?

La habitación que compartían en Marcaderiva era pequeña y poco iluminada, y había olor a humedad lo que no ayudaba para nada a Viserra a conciliar el sueño.

—No. ¿Que sucede? —Helaena dio vuelta en su cama para mirar a su hermana menor.

—¿Puedo dormir contigo?

Tan pronto como lo dijo Viserra se arrepintió, sabía que a Helaena no le gustaba que le quitarán su espacio personal. Tampoco había dormido con alguien desde que era bebé y compartía cuna con Jacaerys porque su padre así lo había querido, pero ahora necesitaba la compañía de alguien, deseaba que madre la abraza, pero ella estaba con Aemond.

—Pondre una división de almohadas.

Eso fue mejor que nada. Viserra se levantó de su propio cama y tomo su almohada para ayudarla a dividir la cama.

—¿Helaena?

—¿Si?

—¿Crees que nuestro padre nos ama?

La habitación se quedó en silencio por unos minutos.

—Si, aunque lo hace a su manera...

Esa no fue la respuesta que Viserra estaba esperando. Deseaba desesperadamete escucharlo, quería que alguien le dijera que su padre la amaba, que todo lo que Aegon y Aemond le habían dicho era una tontería, pero los hechos valen más que mil palabras y su padre lo había dejado bastante claro esa noche.

—Si tuviera hijos los amaría...

—Un dragón del invierno —Helaena murmuró en un tono soñador.

Viserra frunció el ceño. A veces simplemente no podía entenderla, los demás siempre fingian no escuchar las divagaciones de Helaena y seguían con la conversación normalmente, pero Viserra deseaba entender que era de lo su hermana hablaba.

—A los dragones no les gustaba mucho en frio —ella dijo con suavidad, no queriendo perturbar a su hermana— prefieren en calor. Tu lo sabes.

—No a este —Helaena le aseguro— es el único dragón verde vivo y prefiere el frío, el calor lo abandonó antes de nacer.

El color verde era algo que Helaena mencionaba mucho durante sus divagaciones, pero a su madre le encantaba el verde así que solo pensó que lo decía sin razón.

father forgive me | aemond targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora