xii. the town princess

1.4K 160 11
                                    




        

capítulo doce

capítulo doce

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aemond no encontró otra para describir lo que sentía que no fuera ansiedad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Aemond no encontró otra para describir lo que sentía que no fuera ansiedad. Hace muchas lunas que no veía a Viserra. 
Era evidente que su madre aún no confiaba en él, pero pronto se llevaría a acabo una audiencia para ver quién gobernaría en Marcaderiva y su madre los quería a todos presentes para demostrar que aún eran una familía perfecta.

Una familia perfecta... Aemond pensó que ellos eran muchas cosas menos eso, Helaena a su lado vivía en una realidad alterna y Aegon apenas se había mantenido sobrio para la ocasión. Los únicos perfectos de esta familia estaban viajando hacia la fortaleza ahora mismos.

Hace unos años, quizás él mismo hubiese sido considerado perfecto para los ojos de su madre, pero había llevado a un hombre a su muerte solo por estar comprometido con su hermana. Desafío a su madre y viajo a Antigua para traerla de vuelta... Estaba muy lejos de ser considerado perfecto, pero aún estaba por sobre el borracho de su hermano.

—¿Ya vienen? —el hijo mayor de Aegon preguntó con aburrimiento mientras miraba había el cielo.

El fantasma gris y Tessarion habían llegado a la ciudad hace unos minutos, descendieron en la colina de Rhaenys dónde estaba el pozo de dragón, pero se esperaba que llegarán  a ellos en un carruaje acompañados por la guardia real.

En su ingenuidad, Jaehaerys estaba esperando que sus tíos descendieran allí mismo en la entrada de la fortaleza roja.

Aegon se rió con diversión.

—Espero que si, yo también estoy aburrido.

—Ya quiero ver a Vissy...—Helaena murmuró con cariño mientras pasaba una mano por el cabello de su hija que estaba abrazada a su pierna.

Aemond también. Estaba deseoso de verla en otro lugar que no fueran sus sueños, estaba claro que no la vería de la misma forma que allí. En sus sueños Viserra era solo de él, se arrodillaba por el en lugar de los dioses. Pero aquí, debería de compartirla, Viserra era una princesa adorada por su pueblo y muy querida por su familia.

father forgive me | aemond targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora