vi. dragons

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capítulo seis

capítulo seis

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Viserra miró a Aegon esperando que él le dijera que hacer

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Viserra miró a Aegon esperando que él le dijera que hacer. Ciertamente no eran tan unidos, pero era su hermano y el la protegería, o eso esperaba.

Aegon miró a Daemon con una ceja en alto cuando puso una mano en el hombro de su hermana.

—Ire con ustedes —el sentenció.

—Mejor no —Daemon respondió, empujando a Viserra para que comenzará a caminar— la presencia de tantas personas inquietara a los dragones, yo acompañaré a tu hermana, conozco mejor el lugar.

—Ah si —Aegon dijo con diversión— ¿Venías aquí cada vez que mi padre te exiliaba, no?

—Aegon, acompañame. Ven, a Jace y a Luke les gustará verte —Rhaenyra lo llamó.

Viserra lo miro por última vez, esperando que su hermano la salvará de quedarse a solas con su tío. Pero Aegon le hizo una seña con la mano y se alejó con Rhaenyra.

Descuidadamente Viserra se llevó una mano a la boca y comenzó a arrancarse la piel alrededor de sus uñas. Daemon la miró de reojo mientras caminaban en silencio.

Aunque nadie hablara realmente de Daemon Targaryen en desembarco del Rey, los susurros corrían. Viserra solo había escuchado a su padre hablar sobre el un puñado de veces, lo recordaba con cariño pero en estos últimos días parecía ser el señor de los siete infiernos en persona. Su madre, no tenía nada bueno que decir de él y Viserra siempre tomaba la palabra de su madre como la verdad absoluta.

—Una de mis tías se llamaba Viserra —Daemon rompió el silencio, no fue cordial sino malicioso. La miraba como un animal mira a su presa— se metió a la habitación de mi padre y lo espero desnuda.

Viserra no tenía idea de que responder a eso. Había sido educada para ser amable y mantener una conversación amena, pero no sabía que esperaba lograr su tío discutiendo eso con ella.

—¿Sabes cómo murió? —Daemon preguntó con picardia— se callo de su caballo y se quebró el cuello.

Caminaron en silencio por la ladera. Viserra se concentró en mirar el volcán que humeaba, sabía gracias a sus estudios que el calor del volcán mantenía la calidez en Rocadragón. De repente se preguntó si se quemaría terriblemente con la lava, se sabía que los Targaryen tenían cierto tipo de tolerancia al calor y al fuego, ellos mismos siempre fueron calientes al tacto, pero ninguno se había aventurado a quemarse por placer.

father forgive me | aemond targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora