Roma:
Entré casi corriendo en el teatro de la escuela y vi a Mateo y Betty subidos en el escenario, estaban ensayando la escena del balcón.
—Hola—me saludó Gastón cuando me senté a su lado detrás de las bambalinas. Él había quedado como suplente de Romeo.
—Hola—dije con una pequeña sonrisa y saqué la obra para seguir los diálogos, que aunque no fuéramos a actuar por ser los suplentes, Flor insistía en que ensayáramos y nos los aprendiéramos, porque y cito: "En el teatro uno nunca sabe".
—Llegas tarde—dijo.
—Sí, es que acompañé a papá a su entrenamiento de fútbol—contesté.
—He visto jugar a tu padre, es asombroso, al igual que el padre de Mateo.
—Gracias—y es que Gastón tenía toda la razón, papá sabía jugar muy bien, al igual que mi abuelo.
—No, no jures y escucha... ¿No es repentino, imprudente, fugaz?—era Betty, en el escenario.
—No—era Mateo, actuando junto a ella—, este capullo en la brisa de verano será una hermosa flor muy pronto... Lo prometo.
Gastón y yo hicimos un esfuerzo por contener una risa.
—Estoy seguro de que está matándolo decir eso—me susurró.
—Pues a Betty le encanta esta obra porque es un clásico y sobre todo por los diálogos, se los sabe de memoria—dije.
—Julieta—dijo Flor, que solo por hoy hacía de nana.
Era sábado y había considerado que los protagonistas y los suplentes necesitaban ensayos extras para que todo saliera perfecto.
—Buenas noches, adiós, que el dulce descanso llegue a tu corazón y al mío en mi pecho...
—¿Me dejarás tan insatisfecho?
—¿Qué satisfacción esperas esta noche?—dijo Betty.
—La promesa de tu amor a cambio de la mía—contestó Mateo.
Gastón y yo tuvimos que darnos un codazo para no reír.
—Te la dí antes de que la pidieras.
—Milady—dijo Flor, totalmente absorta en la actuación de Mateo y Betty—. ¿Madame?
—¡Ya voy querida nana!—contestó Betty y después puso sus manos en el torso de Mateo para decir—: Dulce Montesco, por favor, quédate aquí y yo volveré...
—Temo que esto sea un sueño, demasiado dulce para ser verdad...
—¿Y si tu amor es puro y tu fin el matrimonio?
—Lo es, milady.
—Enviaré un mensajero para saber mi destino, ¿en dónde y a que hora será el ritual? Pondré a tus pies toda mi suerte y te seguiré Milord por el mundo.
—Julieta—era Flor.
—Cien veces buenas noches—dijo Betty acercándose a Mateo.
—Y cien veces doloroso es dejar de ver tu luz—dijo él acercándose a ella.
—¿Romeo?
—Mi amor...
Y era el momento del beso.
Gastón y yo soltamos un gritito esperándolo, pero entonces...
Betty acercó su rostro y Mateo... No.
ESTÁS LEYENDO
IT'S JUST A KISS
Teen FictionElla se muere por un beso. Él se muere por dárselo. El problema está en que ella no espera que sea él quién se lo dé. Se han odiado desde que tenían pañales. ¿Eso podrá cambiar en algún momento? O no...