Roma:
—Muy bien, creo que eso es todo—dijo Flor en cuanto Mateo y Betty terminaron con la escena final.
Estaba feliz porque a Gastón le había dado una infección en el estómago por comer una empanadilla durante la clase de Literatura y lo habían mandado a casa. Y no, no me ponía contenta que se enfermara, sino que, por lo menos por hoy, no tendría que intentar no besar a nadie.
—Aunque—nos detuvo Flor—, me gustaría ver cómo te sale esta escena, Roma, hasta ahora no la haz ensayado.
—Ah, está bien—dije y volví a dejar mi mochila en el suelo.
Sería un poco raro llorar sola en el escenario, pero estaba bien.
—Mateo, haz la escena con Roma—dijo Flor y entonces levanté mi mirada de inmediato.
—Flor, creo que puedo hacer la escena yo sola—intervine y Flor me miró con una ceja levantada—. Ya es un poco tarde y supongo que Betty y Mateo tienen cosas que hacer...
—Mmm, creo que no me gustaría que si te tocara salir a escena no la hubieses ensayado con el Romeo del momento, ya has ensayado unas escenas con Gastón, ahora inténtalo con Mateo—respondió Flor y se dio la vuelta para mirarlo—. ¿O tienes que irte, Mateo?
Pensé que su respuesta sería inmediata y un no rotundo, me habría esperado un comentario sarcástico, incluso una burla, pero él simplemente contestó:
—No, yo la haré.
—Maravilloso—celebró Flor y dio una palmadita—. Ah Betty, querida, tú si puedes irte, ya ensayaras esta escena con Gastón cuando esté presente.
Miré a Betty, quien tenía el ceño ligeramente fruncido antes de salir del teatro.
—Muy bien, recuerden que ambos creen que han perdido al amor de su vida—dijo Flor y cerró los puños con pasión—. Lágrimas, quiero muchas lágrimas.
Tragué saliva antes de recostarme en la cama de piedra que había en medio del escenario y fingir que estaba muerta.
—Julieta, ¿por qué aún eres tan bella?—dijo Mateo despacio, sentándose a mi lado y acercándose a mi—. La muerte ha quitado la miel de tu aliento, pero no tuvo poder para quitarte la belleza.
Mi piel hormigueó cuando sujetó mi mano con las suyas y las llevó a sus labios.
—He de pensar que tiene un plan, la insustancial muerte es piadosa manteniéndote perfecta para este reencuentro... Por temor a ello, me quedaré contigo y jamás de este palacio de mármol he de partir.
Me soltó y comenzó a caminar a mi alrededor, me imaginé que estaba sacando la botellita que contenía el veneno falso.
—Ojos—el toque de sus dedos se sentía caliente en mis mejillas—, vean por última vez...—entonces apoyó su mejilla en cuello y dijo—: Brazos, den su último abrazo...
Dejé de respirar en el momento en el que su pulgar dibujó el contorno de mis labios y dijo:
—Y labios, las puertas del aliento, queden sellados para siempre con este beso...
No me di cuenta de que lo estaba esperando, hasta que no sucedió.
Todo mi cuerpo se erizó cuando sentí su respiración tan cerca que había perdido el hilo de mis pensamientos.
Lo siguiente que sentí fue su frente contra la mía y luego, un poco más abajo, sus latidos acelerados. Nos quedamos así, durante unos segundos que me parecieron eternos y después se separó.
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IT'S JUST A KISS
Teen FictionElla se muere por un beso. Él se muere por dárselo. El problema está en que ella no espera que sea él quién se lo dé. Se han odiado desde que tenían pañales. ¿Eso podrá cambiar en algún momento? O no...