Roma:
Decidí que como solo íbamos a jugar baloncesto en el patio trasero no necesitaba ponerme la ropa de deporte, además tenía mucha pereza.
A medida que bajaba por las escaleras iba escuchando cada vez más fuertes las risas y voces de la cocina. Salí disparada cuando escuché una en específico.
—¡Tía!
—¡Muñeca!—dijo mi tía Aurora y abrió los brazos para abrazarme.
—¿Cuándo volviste?—pregunté emocionada, porque hace casi un mes y medio que no la veía. Mi tía Aurora y su esposo Fer, se habían tomado unas vacaciones para viajar por el mundo, cosa de la que estaba tremendamente celosa.
Yo quería viajar todo el tiempo, pero ya me habían dicho que tenía que terminar la escuela primero y conformarme con los viajes en vacaciones.
—Llegamos hace unas horas—contestó y me dio un beso en la coronilla—, pero vine de inmediato porque moría por ver a todos, los extrañaba y porque, por supuesto que no podía faltar a tu fiesta de cumpleaños.
Mamá y papá sonrieron.
—Eso solo una fiesta de cumpleaños—dije restándole importancia—. Yo me hubiera quedado muchísimo más tiempo en el Caribe.
—No se cumplen dieciséis años todos los días—me dijo con una sonrisa.
Estuve a punto de hablar, pero entonces Sergio apareció.
—¡Tía Aurora!—gritó y ambos corrieron a abrazarse.
—Estás enorme, ya casi no puedo cargarte—dijo mi tía y mamá soltó una risa—.Extrañaba estar en casa.
—Nosotros también te extrañamos—le dijo papá a su hermana.
—Y porque te extrañamos demasiado, pedimos tu comida favorita para la cena de hoy—dijo mamá y puso su teléfono sobre la mesa.
—¡Comida china!—celebramos todos.
Me dirigí hacia el refrigerador porque tenía mucha sed, pero mamá me detuvo.
—Hijita—dijo en voz bajita—. Tal vez quieras ir a cambiarte el pijama.
Miré mis pantaloncillos cortos, mi sudadera manchada con quitaesmalte y mis botas ugg, que no importaba que hicieran treinta grados, yo siempre las usaba. Tal vez no era mi mejor outfit, pero tenía mucha pereza.
—¿Por qué?
Mamá abrió la boca para hablar, pero entonces sonó el timbre de la casa. Papá se levantó para decirle a los de seguridad que dejaran pasar al repartidor de comida.
Uh, eso había sido bastante rápido, había que dejar propina.
—Supongo que no podré jugar baloncesto así, pero no quiero cambiarme—respondí y mamá sonrió y me dedicó una mirada de: Te lo advertí.
¿Pero advertirme qué cosa?
Cuando escuché la voz de mi tía Estela, se me cayó el mundo a los pies.
Mamá me miró divertida.
—Pero Estela, mira lo grande que está mi sobrino—dijo mi tía Aurora con una gran sonrisa—. Diecisiete añotes, se pasan en un abrir y cerrar de ojos.
—Tengo que irme—dije y prácticamente me lancé hacia las escaleras.
Escuché la risita de mamá cuando Lucas se acercó a saludarla.
—Hola, tía Alex.
—Hola, cariño—lo saludó mamá.
En realidad, Lucas no era sobrino ni de mi tía Aurora ni de mamá, pero las llamaba tías de cariño porque nuestras madres eran mejores amigas.
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IT'S JUST A KISS
Novela JuvenilElla se muere por un beso. Él se muere por dárselo. El problema está en que ella no espera que sea él quién se lo dé. Se han odiado desde que tenían pañales. ¿Eso podrá cambiar en algún momento? O no...