5: Hueso

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El príncipe estaba mirando y analizando a detalle cada color y diseño que usaría para su traje de su boda. Admitía que todas las opciones eran correctas, pero no sabía cuál elegir.



– Está siendo muy paciente conmigo. – comentaba el príncipe burlándose de sí mismo.

– No se preocupe, mi príncipe. – respondía la comadreja que estaba a cargo de su vestuario – Sé que es difícil escoger solo uno. No se sienta presionado.

– Mmm... ¿Qué haré? – se cuestionaba mirándose en el espejo con una de las opciones de vestuario puestas – ¿Qué color escogió la princesa? – miraba a la comadreja.

– La princesa escogió un color hueso, mi príncipe.

– Color hueso – pensaba por unos segundos y volvió a mirarse en el espejo – ¿Y si...? – de la nada sonrió – Permítame un momento, por favor.



Caminó hacia su puerta y la abrió encontrándose con el caballero del viento protegiendo la puerta.



– Sir Shadow, ¿Podría llamar a la princesa, por favor? – pedía.

– No está en el castillo, mi príncipe. – respondía el caballero volteándolo a ver – Salió junto con Avril y Jehan.

– ¿Salió? – fruncía un poco el ceño – ¿A dónde?





















Verena estaba sentada junto con los niños huérfanos que vivían en una casa hogar al cuidado de varias mujeres. Cada uno de los niños habían quedado huérfanos debido a que sus padres murieron en alguna batalla, fueron asesinados o simplemente desaparecieron sin dejar rastro.

Detrás de ella y a unos cuantos metros estaba Jehan mirándola con atención y, a su lado, estaba Avril mirando a cada niño con una ligera sonrisa.



– Mi papá había sido un soldado del rey. – contaba un niño con la mirada abajo – Hace unos años vinieron unos bandidos y asaltaron una panadería... Mi papá peleó contra esos bandidos, pero él murió...

– Tu papá peleo valientemente contra aquellos bandidos y gracias a él, el panadero continúa. – miraba con ternura al niño – Siéntete orgulloso de tu padre, como él lo está de ti. – le sonreía.



El pequeño niño levantó la mirada hacia ella y le sonrió de manera tan natural.



– Hombres malos asechan por doquier. – decía la princesa para todos y mirando a cada uno – Muchos de sus padres fueron grandes soldados que dieron sus vidas para protegerlos. A otros les fueron arrebatadas injustamente sus vidas, no por ello sus muertes son en vano.



Todos los niños la escuchaban con atención y sus miradas solamente estaban sobre ella.



– Quiero que sepan que tienen a la realeza con ustedes. – prometía – En nombre del rey y del futuro rey, las puertas del castillo estarán abiertas en cuanto necesiten ayuda. Justo ahora, aquí en su comedor se encuentra un gran banquete para todos ustedes. De necesitar ropa, cobija, comida o lo que sea, diríjanse directamente conmigo y se los brindaré. – sonreía gentilmente – No puedo traer a sus familias a las vidas, más la ayuda y protección no se les negará.



En cuanto se puso de pie, los niños celebraban en nombre de su princesa y se acercaban a ella para tomarla de la mano o abrazarla expresando cuan agradecidos se sentían por ella.



– Va a ser una excelente reina consorte. – decía la ardilla admirando la escena frente a sus ojos – Se ganará la confianza y corazones de toda la ciudad si prevalece así.

Secretos tras la corona ~ ShadonicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora