30. Don't Blame Me

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Juani observó fijamente a Enzo y a Matías luego de colgar el teléfono. Hace un rato que habían vuelto del desastre de podcast y el chico había pasado los últimos veinte minutos rogándole a su representante que los ayudara a convencer a los dueños del programa de cortar la parte en la que Matías enloquecía y ponía en evidencia que le gustaba la novia (falsa) de su amigo y él mismo cometía la estupidez de decir el nombre de Isa.

Si bien, el problema no era tan grande gracias a que al menos no estaban en directo, sabía que sería complicado que los chicos del podcast quisieran deshacerse de ese momento. A final de cuentas, era lo más interesante que había sucedido en todo el programa y por supuesto que desataría un escándalo que los haría vírales si aquella parte salía a la luz. No sólo se expondría el extraño triángulo amoroso de Enzo, Matías y su prima, sino que Juani estaba seguro de que, con tan sólo la mención de su apodo, podrían descubrir de quién se trataba en menos de diez segundos. Por más que las quisiera, sabía que sus fans podían desquiciarse un poco y llegar muy lejos.

—Tienen que parar, ya fue suficiente —habló finalmente, logrando que Matías levantara la mirada de su celular con el ceño fruncido y Enzo negara con fastidio.

—A mi no me metas, por primera vez puedo decir que yo no hice nada —el mayor alzó las manos, quitándose cualquier tipo de responsabilidad—. Yo sólo hice mi trabajo, ustedes fueron los idiotas.

—Claro, vos podés mandarte cagada tras cagada y por una vez que nosotros lo hacemos, somos los idiotas —Matías atacó de inmediato—. Además, yo no dije ninguna mentira. No es mi culpa que él la haya metido en ese estúpido teatrito.

El castaño se dejó caer sobre el sofá con los brazos cruzados. Tenía bastante claro que su arrebato sí que había sido una estupidez, más tomando en cuenta que todo quedó grabado, pero no podía decir que se arrepentía; al menos, no demasiado.

La manera en la que Isabella lo miró luego de que pronunciara aquellas palabras había sido suficiente para que se diera cuenta que lo que tenían ya iba más allá de una relación informal; ambos sentían algo más fuerte que un poco de atracción o de cariño. Al menos por su parte, estaba completamente enamorado de esa castaña de ojos verdes y, en ese momento, realmente no le importó hundir su reputación; todo lo que pesó para él fue el recuerdo de los labios de Isabella sobre los suyos y el hecho de que no quería olvidar esa sensación nunca en su vida.

—Admito que esta vez fue nuestro error, pero hablo en general —Juani se interpuso antes de que comenzaran a pelear, tomando asiento frente a ambos—. Tienen que parar con todo este enredo. ¿Acaso no son conscientes de lo mucho que pueden llegar a afectar a Isa?

—Bueno... Enzo ya dejó en claro que no le interesa lo que le pase con tal de que esté con él —Matías alzó los hombros—. Repito, él fue quien la metió en una relación falsa en primer lugar.

𝐎𝐮𝐫 𝐂𝐢𝐧𝐧𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐆𝐢𝐫𝐥 ; Enzo Vogrincic y Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora