"𝑇𝘩𝑒𝑟𝑒'𝑠 𝑡𝘩𝑖𝑛𝑔𝑠 𝐼 𝑤𝑎𝑛𝑛𝑎 𝑠𝑎𝑦 𝑡𝑜 𝑦𝑜𝑢, 𝑏𝑢𝑡 𝐼'𝑙𝑙 𝑗𝑢𝑠𝑡 𝑙𝑒𝑡 𝑦𝑜𝑢 𝑙𝑖𝑣𝑒..."
Donde Juani le consigue trabajo de maquillista a su prima mexicana en un proyecto en el cual participa con otros dos de sus mejores amig...
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Isabella's Version
Isabella observó a su alrededor sin tener muy claro qué esperar de aquella noche, pues si bien, se había prometido a sí misma hacer un esfuerzo por pasarla bien, en esos momentos, mientras las miradas de algunas personas se posaban sobre ellos con sorpresa conforme avanzaban entre la multitud, comenzaba a cuestionarse si aquello había sido una buena idea.
La realidad era que no tenía muy claro si los miraban así gracias a que reconocían a los chicos o gracias al hecho de que todos ellos se veían bastante atractivos en ese momento. No podía negar que incluso ella se sentía un tanto imponente, no sólo por la compañía de los demás, sino simplemente porque esa noche se veía preciosa.
Además, las miradas llenas de picardía que de repente llegaba a compartir con Matías le sumaban interés a la situación. Aun cuando no estaban las cosas claras entre ambos, era innegable que la tensión entre ellos había aumentado mucho más luego de aquel breve momento que compartieron en la sala. Y no, no se trataba exactamente de una tensión negativa.
Ambos aún tenían asuntos que resolver y no se encontraban tan contentos con la situación del otro, eso estaba claro; y por supuesto, Isabella aún no se sentía completamente convencida de seguir como si nada luego de que el teatro de Matías se destapara, sin contra que aún no comprendía muy bien su repentina cercanía con Malena, pero, a pesar de todo, debía aceptar que en ese precioso instante, mientras todos tomaban sus lugares alrededor de la mesa y discutían con respecto a qué bebida alcohólica elegirían para comenzar la noche, ella no podía alejar la mirada de aquel castaño con el cabello alborotado y los primeros botones de la camisa negra desabrochados.
—... ¿Qué opinas vos, Isa?
La voz de Enzo la sacó de su guerra silenciosa con Matías, de quien alejó su atención para posar su confundida mirada sobre el pelinegro. Él la observaba con una ceja alzada, a la espera de su respuesta a la pregunta que ni siquiera había escuchado.
—Eh... ¿Sí? —Murmuró más como una pregunta que como una respuesta, ganándose una mirada extraña por parte de todos y claro, una sonrisa por parte de Matías mientras este negaba con diversión.
—¿Cómo que sí? Te pregunté si querés Tequila o Vodka —el pelinegro frunció el ceño, para luego darle una mirada fugaz a Matías y, tras comprender lo que sucedía, observar a Isabella con los ojos entrecerrados—. Tequila, ¿no? La última vez que salimos descubrí que te encanta, corazón.
Isabella frunció el ceño ante aquellas palabras, y no se extrañó precisamente por el repentino apodo ni por la forma en la que se inclinó sobre ella al decirlo, sino por el tono de advertencia con el que lo pronunció.
—Claro... tequila está bien —asintió, removiéndose en su lugar y, una vez más, fingiendo una sonrisa para alejar las miradas expectantes de sus amigos de ellos.
