"𝑇𝘩𝑒𝑟𝑒'𝑠 𝑡𝘩𝑖𝑛𝑔𝑠 𝐼 𝑤𝑎𝑛𝑛𝑎 𝑠𝑎𝑦 𝑡𝑜 𝑦𝑜𝑢, 𝑏𝑢𝑡 𝐼'𝑙𝑙 𝑗𝑢𝑠𝑡 𝑙𝑒𝑡 𝑦𝑜𝑢 𝑙𝑖𝑣𝑒..."
Donde Juani le consigue trabajo de maquillista a su prima mexicana en un proyecto en el cual participa con otros dos de sus mejores amig...
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(Isabella's Version)
Un bostezo se escapó de sus labios mientras terminaba de acomodar todas las cosas que había utilizado para alistarse luego de salir de su breve ducha. Era el primer día de rodaje y habían citado a los chicos a las seis de la mañana, por lo cual ella tenía que llegar a la misma hora ya que era quien se encargaría de alistarlos para sus respectivas tomas.
Se acercó a su closet para tomar un suéter, ya que resultaba que en España hacía un frío mortal a inicios de año y lo que menos quería era resfriarse ahora que finalmente iban a comenzar a grabar.
Mientras recorría las prendas que por suerte había organizado luego de que llegaron, no pudo evitar sonreír al encontrarse con la sudadera de Matías entre ellas, pues se trataba de aquella que había tomado cuando salió detrás de él algunos días atrás. Esa noche había descubierto cosas que durante los últimos días estuvieron dando vueltas por su cabeza sin parar.
Al parecer y al contrario de lo que llegó a pensar, descubrió que Matías realmente se había empeñado en coquetearle y no precisamente en hacerla sentir parte del grupo como ella creía. Por alguna razón que aún no podía entender, resultaba que el chico estaba genuinamente interesado en su persona.
Y ella no podía mentirse, pues la realidad era que el castaño también estaba comenzando a despertar su interés, más aún luego de aquella cercanía que experimentaron cuando tuvo el atrevimiento de pasarle el humo de su cigarrillo. Con tan sólo recordar ese momento, Isabella podía sentir como su corazón se aceleraba y la emoción volvía a recorrer sus venas tal como aquel día.
Debía admitir que las ganas de acabar con la cercanía que existió entre ambos no le faltaron, pero tampoco quería precipitarse. A final de cuentas, ambos acordaron que tenían bastantes meses por delante para conocerse mucho mejor y así evitar que alguno cometiera un error del que se pudiera arrepentir, pues a pesar de cualquier cosa que estuviera pasando entre ellos, seguían siendo compañeros de trabajo. Y, sobre todo, ella seguía siendo prima de Juani, quien los mataría si se enteraba de que aquella noche compartieron un cigarrillo y estuvieron hablando hasta las dos de la mañana.
Así que, para evitar cualquier inconveniente, simplemente podían considerarse como buenos amigos.
Salió de su habitación una vez que estuvo abrigada y se colocó algo de perfume, encaminándose por las escaleras para dirigirse a la cocina, pues necesitaba desayunar algo si esperaba sobrevivir al largo día que les esperaba.
—Buenos días, solecitos —saludó a Juani y a Enzo, quienes ya se encontraban desayunando algo de cereal—. ¿Emocionados?
Su primó respondió con un leve quejido, dejándose dejaba caer sobre la mesa; mientras que Enzo le regaló una pequeña sonrisa y le hizo un gesto con la mano a modo de saludo.
