Brujitas y brujitos, miren la hermosa portada que Galaxy_Star_24 me hizo:
Sin más que decir...
¡Comencemos!
— Hola, Elizabeth — susurró en el cuerpo de la mujer haciendo que un escalofrío recorriera su cuerpo.
Se dio la vuelta y se encontró con esos ojos esmeralda que tanto le habían fascinado.
— ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Qué es lo que quiere de mi? — preguntó Elizabeth aterrorizada.
— ¿Que no es obvio? — hizo él una mueca de burla — Se todo sobre ti — le dijo mientras daba vueltas a su alrededor poniendo a la albina más asustada — Y se que no sólo eres famosa por tu vocación... sino también por otras cosas — dijo tomando un mechón de pelo de ella y oliéndolo.
— Por favor, ya déjeme en paz, búsquese otra persona.
— No tengas miedo, no voy a hacerte nada... solo quiero que seas mía.
— ¡Jamás! — le gritó ella y lo esquivó caminando para su hogar cuando Meliodas la tomó del brazo y la pegó a él.
— No te hagas la ruda, si estás conmigo, tendrás todo lo que deseas — Elizabeth negó — No es una pregunta, desde que te vi supe que eres mía y nadie va a decir lo contrario.
— ¡Si no me deja llamaré a la policía!
— Ay cariño, ¿no sabes que tengo comprada la policía? Tengo comprado al mundo, y serás mía. Vamos — dijo señalando el auto lujoso que estaba estacionado, ella en un transe, lo siguió y se sentó y condujeron hacia su casa.
— ¿Cómo sabes dónde vivo? — preguntó la albina preocupada.
— Como dije, sé todo sobre ti, ahora descansa, mañana pasaré por ti al mediodía para almorzar.
Elizabeth bajó del auto y cuando entró a su casa, le llegó un mensaje de Meliodas. Suspiró y se metió a bañar, sin antes decirle a sus amigos que estaba bien.
Necesitaba aclarar su mente, Meliodas era un hombre agradable y lindo y muy pero muy sensual. ¿Qué efecto de amor había causado? No podían estar juntos, él era el jefe de la mafia, y ella una simple neurocirujana.
A penas su cuerpo toco el agua, sintió un alivio, sus músculos se relajaron por estar tan tensos. Fueron unos diez minutos para cuando salió del baño con su pijama. Se dirigió a su recámara y se tiró en la cama mirando el celular.
Él es alguien tan peligroso y poderoso que aunque ella quisiera irse del país, Meliodas iría atrás suyo. Tenía miedo, sabía donde vivía y eso era lo que más atormentaba a Elizabeth.
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Criminal
RomanceElizabeth, una neurocirujana muy prestigiosa y muy buena persona, queda su vida patas arriba al conocer al jefe de la mafia más importante. Él quiere iniciar algo con ella, pero Elizabeth duda al saber quien es él. ¿Podrá ella amarlo a pesar de quie...