¡Mis hermosos brujitos! Ya hemos llegado a los 500 seguidores!!!!!!!! Estoy súper feliz y agradecida por eso.
Este es un nuevo capítulo, verán como Meliodas y Elizabeth se van acercando poco a poco.
Sin más que decir, ¡empecemos!
— Ahhh — suspiró Elizabeth viendo cómo el auto de Meliodas se iba. Entró a su casa y fue directo al baño.Mientras se desvestía, Meliodas le había mandado un montón de mensajes. "Duerme bien reina", "mañana nos vemos mi amor". Se le hacia un poco raro. No eran nada, o eso es lo que ella creía. Él tenía al mundo comprado, aunque intente ella en algún momento tendría que aceptar ser su pareja, ¿estaba en posición de negarse? No.
Luego de una ducha, comenzó a limpiar su rostro y ponerse cremas en el cabello, un secreto para tener una bella cabellera era cuidársela. Sus amigas le decían que era un ritual, pero le parecía hermoso la cantidad de horas que pasaba invirtiendo en ella, amaba los detalles, la atención que ponía en ellos.
— Comeré algo liviano — dijo para sí misma.
Fue hacia la cocina y preparó un vaso de jugo de frambuesas y un bowl con frutos secos, los amaba. Se sentó en el sofá de la sala y prendió la televisión.
— Noticia del último momento — dijo la periodista — El jefe de la mafia dijo que se quedaría más tiempo en esta ciudad — terminó — ¿Debe ser por alguien? ¿Por qué decidió quedarse más tiempo?
Apagó la televisión con un sonrojo que le llenaba la cara. Respiró profundo y lavó los platos que usó y se dirigió a su habitación.
— Diablos — susurró — Espero que no me hayan escarchado.
Se colocó su pijama y entró a su cama, se quedó unos diez minutos con el celular y cuando lo apagó se quedó pensativa, Meliodas le parecía atractivo y muy sexy, pero sabiendo quien es, no era muy conveniente estar con él.
La noche se pasó volando, así con sus ganas de ir a trabajar. Fue al baño, se duchó rápidamente y se preparó para ir a la clínica. Se puso su delantal de cocina y comenzó a revolver unos huevos con un poco de tomate y champiñones, para tomar un café con leche y un vaso de jugo. Amaba desayunar bien, pues es la comida más importante del día.
— Ahora si, a trabajar — dijo tomando su cartera y apagando todas las luces de la casa.
Al llegar a la clínica se encontró con sus cuatro mejores amigos, que eran médicos, no cirujanos. Una rubia llamada Elaine, una castaña llamada Diane y sus novios, Ban el peliblanco y King el castaño. Ellos sabían todo sobre Elizabeth y sobre su pasado, pues cuando quedó inconsciente cuando sucedió lo de Mael, ellos la habían encontrado.
— ¿Cómo vas con ese sexy criminal? — preguntó Diane.
— ¡Diane! — dio un pequeño grito haciendo que sus mejillas se tornaran de un tono rosado.
— A Eli le gusta el jefe de la mafia~ — dijo Ban con un tono cantando.
Elizabeth rodó los ojos y se despidió, quedaron en almorzar en el comedor del hospital.
La mañana pasó muy rápido, todas las cirugías pendientes, Elizabeth las había hecho. Se sentó con sus amigos. Comieron y rieron, a King se le salió el agua por la nariz al oír un chiste de Ban. Eran buenos amigos, eran como su familia y siempre estuvo agradecida por todo lo que habían hecho por ella.
Al salir del hospital, caminó unas cuadras hasta que alguien la abrazó por detrás.
Era Meliodas.
Se tensó rápidamente y se dio la vuelta tan rápido como un rayo.
— Meliodas... — casi no le salía la voz.
— Querida — dijo — Fui a tu trabajo pero no estabas, así que vine a buscarte.
— Lo lamento Meliodas, no podemos estar juntos. Por favor déjame en paz — dijo.
Que gran mentirosa.
Era tan guapo y esa barba que a penas salia de su barbilla era realmente sexy. Pero cómo había pensado, él era una persona problemática.
— Vamos por unos jugos — dijo ignorando todas las palabras de ella.
— Ahora no puedo, tengo que ir a... a...
— Ves, no puedes negarte, tampoco tienes la opción de hacerlo — dijo Meliodas, Elizabeth dio vuelta los ojos y asintió.
Caminaban en silencio hasta llegar a un café con Take Away y pidieron un jugo de mango y fresas. Mientras tomaban las bebidas, Meliodas interrogaba a Elizabeth, quería saber todo de ella, pues él solo había decidido que sería solo de él.
— ¿Te parece si nos sentamos ahí? — preguntó Elizabeth señalando un banco en medio del parque donde habían niños correteando. Cuando se sentaron, Meliodas inició una conversación.
— Sabes... me encantaría tener hijos — dijo cómo una indirecta hacia Elizabeth.
— Si, ajá — dijo dando un sorbo a su jugo y Meliodas rio en lo bajo.
— ¿Te gusta este parque no?
— ¿Por qué lo dices? — preguntó dando otro sorbo de jugo.
— Es que vienes siempre con tus amigos o sola a este lugar.
— ¿Acaso me espías? — preguntó Elizabeth mirándolo con una mueca de rareza — En serio das miedo.
— Se todo de todos preciosa.
Preciosa...
Esa palabra.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al notar que Meliodas se acercó más a ella y comenzó a jugar con sus cabellos plateados.
Su respiración se entrecortó y el rubio lo notó.
— Ay Elizabeth, eres tan susceptible — le dijo riendo.
— Claro que no — habló levantándose para tirar el vaso vacío y comenzó a caminar. Ambos caminaron por el parque haciéndose preguntas entre ellos.
De alguna forma, Elizabeth comenzó a soltarse un poco más y comenzó a tenerle más confianza. Tal vez no era tan malo como las personas decían. Tal vez bajo esa máscara había un chico dulce y amable. Por lo que sabía, era muy egoísta, y malvado. Pero con ella era diferente.
Era más...
Más...
Más amable. Más gentil. Más bueno.
Mientras ambos pararon para mirar el cielo que se estaba nublando. Una voz familiar para Elizabeth sonó frente a ella. Levantó la mirada y se encontró con esa persona. Esa persona que creyó que jamás la volvería a ver.
— Hola, Elizabeth.
— Mael...
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AaaaaaaaSe puso fuerte la cosa.
Brujitas y brujitos, ¿cómo están? Espero que súper bien.
Cómo verán. La cosa se puso tensa.
¿Tienen alguna pregunta o teoría de lo que puede pasar?
Lo que sabemos todos es que Eli tendrá su justicia.
Espero que les haya gustado.
Cariños❤️
Moon_
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Criminal
RomanceElizabeth, una neurocirujana muy prestigiosa y muy buena persona, queda su vida patas arriba al conocer al jefe de la mafia más importante. Él quiere iniciar algo con ella, pero Elizabeth duda al saber quien es él. ¿Podrá ella amarlo a pesar de quie...