La luz de la luna entraba por la ventana iluminando el cuarto de la pareja. Elizabeth se sentó en la cama y vio a su sexy novio con el torso descubierto, tapando su cuerpo hasta la mitad. Ella sonrió y se levantó para cerrar las cortinas y fue al baño. Al salir encontró a Meliodas mirándola de arriba hacia abajo, como escaneándola.
— ¿Qué pasa? — preguntó ella — ¿Tengo algo en la cara?
— ¿Sabias que te ves muy bien con ese pijama de seda? — respondió con la voz ronca que tanto le encantaba a Elizabeth.
— ¿En serio? — preguntó acercándose peligrosamente, se sentó en sus piernas y estuvieron unos segundos mirándose a los ojos — Es tarde, mejor vamos a dormir.
— Oh no cariño — dijo jalándola del brazo haciendo que nuevamente se sentara en sus piernas — Ya me prendiste ¿y piensas dejarme así? Eres una perra mala.
Dios.
Los insultos y golpes consensuados eran la debilidad de Elizabeth. Ella se despegó de él y bajó por sus piernas.
— ¿Qué te parece si hoy soy yo quien te da placer? — preguntó con sensualidad. Sin antes poder decir algo, ella bajó los pantalones y bóxers dejando su miembro erecto al descubierto.
Ella tenía secretos que no podía contar, secretos de familia, tan profundos que podrían acabar con Elizabeth si salieran a la luz.
Lo había estado charlando con Meliodas y era hora de dejar de trabajar con doctora y convertirse en la reina de la mafia. Trabajaría como jefa de secretarios en la empresa del rubio.
Elizabeth era buena dando órdenes y sería la dama más temida.
Uno de sus secretos era que bajo esa tierna máscara de buena, estaba un lobo mirando desde lo más profundo de su ser.
— Ah~ — gimió Meliodas tomándola del cabello para que vaya más rápido.
Elizabeth pasaba toda su lengua en el miembro de su pareja. Cada vez iba más rápido, haciendo que Meliodas tirara la cabeza para atrás de la satisfacción y placer que sentía. Al final, terminó en la boca de la albina.
— Trágatelo — fue una orden más que una petición y ella hizo caso; y lo trago con dificultad.
Se besaron apasionadamente y estaban por pasar al siguiente nivel cuando escucharon un vidrio del piso de abajo roto. Él se colocó el pantalón y la camisa y abrió el cajón de la mesa de luz.
— Quédate aquí — dijo mientras tomaba una pistola y salía del cuarto.
Meliodas estaba con algunos guardias y vieron el vidrio del ventanal roto.
— ¿Qué mier-?
— ¡NO! ¡MELIODAS!
El grito de su amada se hizo presente. Elizabeth había sido golpeada en la cabeza; haciendo que se desmayara. Meliodas y los guardias subieron a la habitación y lo último que pudieron ver, fue a un hombre cargando a Elizabeth y saliendo por la ventana.
— ¡Elizabeth! — gritó mientras disparaba a aquel hombre, pero no llegó a lastimarlo y metieron a su mujer en una camioneta y se fueron.
— ¿Qué sucedió? — preguntó Chandler entrando a la habitación.
— Llama a los muchachos, juro que mataré a estos hijos de puta que se llevaron a Elizabeth.
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¡Brujitos y brujitas!¿Cómo están? Espero que súper bien, aquí les traigo otro capítulo de esta historia.
¿Les gustó? ¿Tienen teorías de quienes son los secuestradores? ¿Preguntas?
Los leo🫶🏼
Cariños❤️
Moon_
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Criminal
RomanceElizabeth, una neurocirujana muy prestigiosa y muy buena persona, queda su vida patas arriba al conocer al jefe de la mafia más importante. Él quiere iniciar algo con ella, pero Elizabeth duda al saber quien es él. ¿Podrá ella amarlo a pesar de quie...