Meliodas entró al hospital gritando y cuando la familia de Elizabeth lo vio, quisieron agarrarlo a golpes. Diane se levantó rápidamente del asiento mientras Meliodas se acercaba, atrás iban Zeldris y Estarossa.
— ¡Maldito hijo de puta! — gritó Diane dándole un puñetazo en la cara haciéndolo caer.
— ¡Mi hija casi muere por tu culpa! — gritó Caroline acercándose — ¿¡Con que cara vienes aquí!?
— No quise que esto pasara, en serio — dijo Meliodas y Zeldris ayudó a levantarse.
— Lárgate si no quieres que te baje todos los dientes — dijo Ban.
— Ban... por favor.
— Por favor nada Meliodas — le contestó.
— Familiares de la señorita Liones — dijo el médico mirando a los padres de Elizabeth.
— Si, ¿cómo está doctor?
— Está despierta, pudimos estabilizarla, pueden pasar a verla, la transfusión de sangre tuvo éxito — todos soltaron un suspiro de alivio y Meliodas volvió en si — Con permiso — dijo desapareciendo en los pasillos.
Caroline, Bartra, Diane y Elaine entraron a la habitación donde se encontraba Elizabeth, despierta, sin darse cuenta que Meliodas estaba atrás suyo.
(...)
Elizabeth despertó en una habitación blanca como las nubes y una enfermera estaba a su lado.
— Que bueno que despertaste — dijo sonriéndole — Le avisaré al doctor.
Elizabeth estaba aturdida, miró a su alrededor y vio que tenía en la muñeca una venda y una vía donde le introducían suero para que no se deshidratara. Cuando al fin las imágenes borrosas se aclararon, el médico entró a la habitación preguntándole cómo se sentía.
— Bien, solo me duele un poco la herida — dijo.
Mentirosa.
Estaba tan deprimida que a penas podía hablar. Se preguntaba si Meliodas se había enterado de lo que había hecho, y si se preocupó; o solo le dio igual. En el fondo de su corazón, aún estaba él, con sus ojos verdes, tez morena y cabello rubio.
Suspiró y miró el techo con ganas de largarse a llorar. De pronto una voz familiar entró en la habitación, eran sus padres y sus dos mejores amigas.
— ¡Mi niña! — gritó su madre abrazándola — Tenía tanto miedo de perderte — se le llenaron los ojos de lágrimas y fue abrazada por su padre y sus amigas. Fue un abrazo cálido y amoroso, algo que Elizabeth extrañaba tanto.
— ¿Cómo estás? — preguntó Elaine.
— Un poco aturdida, pero mejor — dijo con una leve sonrisa. Sus padres y sus amigas se hicieron a un lado dejando ver a Meliodas. En la sala de espera él les explicó todo y dejaron que la vea.
— Los dejamos solos — dijo Bartra mirando a su hija, guiñándole el ojo.
— Eli...
Elizabeth dio vuelta la cabeza en dirección a la ventana ignorando a Meliodas. El rubio suspiró y tomó su mano, haciendo que ella lo mirara a los ojos. Se quedaron unos minutos sin hablar, pero al minuto, la albina decidió hablar.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó frunciendo levemente el ceño.
— Cuando me enteré lo que te pasó, tuve miedo de perderte — dijo mientras comenzaba a llorar.
— Deja de fingir, Meliodas — le dijo ella apartando su mano de la de él.
— Al principio sólo quería cogerte y luego botarte — dijo tomando el rostro de su pareja, haciendo que lo mire y ambos soltaron una lágrima — Pero me enamoré, me enamoré de ti, de tu físico y lo más importante, de tus sentimientos. Eres tierna, dulce y con sentimientos buenos...
Elizabeth lo interrumpió.
— ¿Y por qué Gelda tuvo que decírmelo? ¿Acaso planeabas ocultarlo?
— No mierda, te lo iba a decir pero no encontraba el momento — ella se sorprendió — Ella esta celosa, antes éramos mejores amigos, pero al llegar Liz y al llegar tu, cambió, siempre quiso apartar a mis parejas, por eso te lo dijo de esa manera — siguió explicando — cuando me enteré que quisiste matarte por mi culpa, mi mundo se derrumbó y tenía miedo de perderte — hizo una pausa y tomó ambas manos de Elizabeth — Se que no tengo rostro para pedírtelo pero... ¿puedes perdonarme?
Hubo un silencio de unos segundos y ella sonrió dejando un beso en su mejilla.
— Por supuesto.
Ambos se miraron y sus labios se unieron en un tierno y cálido beso. Que Elizabeth esté bien, era la prioridad de Meliodas, y ahora no dejaría que nunca más le pasar algo malo, la protegería de cualquier cosa, y si tenía que matar a alguien incluso a sí mismo, lo haría, todo por el amor de ella.
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¡Brujitas y brujitos!¿Cómo están? Espero que muy bien, aquí les traigo este capítulo donde ambos protagonistas vuelven a encontrarse y a perdonarse.
¿Les gustó? ¿Tienen preguntas? ¿Teorías?
Los leo🫶🏼
Cariños❤️
Moon_
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Criminal
RomansElizabeth, una neurocirujana muy prestigiosa y muy buena persona, queda su vida patas arriba al conocer al jefe de la mafia más importante. Él quiere iniciar algo con ella, pero Elizabeth duda al saber quien es él. ¿Podrá ella amarlo a pesar de quie...