Mucha tragedia gente, mucha tragedia.
Elizabeth llegó a la mansión de Meliodas y comenzó a guardar un poco de ropa para unos días, iría a la casa de sus padres ya que no quería ver a Meliodas ni en pintura.
— Que se vaya al carajo — murmuró y segundos después escuchó cómo se abría bruscamente la puerta de la habitación.
— Elizabeth...
Era Meliodas.
No quería oír su voz.
El rubio tocó el hombro de Elizabeth pero esta lo apartó de un golpe y tomó su mochila. Se miraron a los ojos por unos segundos y las lágrimas de ella se hicieron más frecuentes.
— Por favor, déjame explicártelo.
— ¿Explicar qué, Meliodas? — preguntó con la voz rota — ¿Que me has usado y traicionado mi confianza? Creí que eras el indicado, pero ahora veo que sigues siendo el mismo mafioso que no le importan los demás.
— Pero tú me importas. Déjame explicarte-
Fue interrumpido por Elizabeth.
— ¡Cállate! — gritó — yo te voy a explicar algunas cosas. En primer lugar, nosotros ya no somos nada; y segundo ten por seguro que jamás volveremos a vernos — los ojos de Meliodas se llenaron de lágrimas, la amaba y esto era gracias a los comentarios de Gelda — no me busques más si no quieres problemas.
— Eli...
Ella empujó hacia a un lado a su ex pareja y bajó las escaleras rápidamente y salió de la casa llorando a mares. Lo amaba, pero su dolor fue más fuerte, más fuerte que ni siquiera quiso una explicación por parte de él. Había entregado su corazón al hombre equivocado y fue como caer sin paracaídas, sumergiéndose en un sentimiento de dolor.
La respiración de Meliodas era entrecortada, las lágrimas caían por sus mejillas, y tomaba sus rubios cabellos y los tironeaba, gritando. Cayó de rodillas al suelo y el pecho le apretaba.
— La perdí — dijo en voz baja. Quería asesinar a Gelda, por su puta culpa estaban así. Respiró hondo y tomó sus cosas para ir a donde estaba Liz y Estarossa, seguramente ellos sabrían que hacer en estos momentos y claramente Zeldris y Gelda seguían ahí.
Al conducir el auto, no podía dejar de pensar en lo que había pasado, no podía dejar de llorar; apretaba con fuerza el manubrio del coche y al llegar a la casa de Liz, se encontró con una escena de violencia entre las dos mujeres.
— ¡Ella es nuestra familia payasa de mierda! — gritó Liz tomando a Gelda de los cabellos, trataban de separarlas, pero no podían.
— ¡Jamás será parte de nuestra familia! — dijo dándole un puñetazo a la pelirroja, haciendo que cayera al suelo, con la nariz sangrando.
— Eres una puta violenta — dijo Liz levantándose con ayuda de Estarossa — ¡lárguense de mi casa! — habló dirigiéndose a Gelda y Zeldris — ¡Largo!
— Prometo que hablaré con Gelda, no me gusta verte en este estado hermano.
— Está bien Zeldris.
— Camina mujer — dijo Zeldris a Gelda con enojo.
Meliodas se acercó a Liz y junto a Estarossa comenzaron a curarle las heridas.
— Tienes a una mujer hermosa de pareja, no dejes que esta imbécil lo arruine — habló la pelirroja.
— Ya la perdí... se fue de la casa.
— Tienes una buena mujer como compañera, te ayudaremos a que vuelva y perdone. Va a tardar tiempo, eso es un hecho, pero te prometo que todo estará bien.
______________________________
¡Brujitas y brujitos!¿Cómo están? Espero que súper bien.
¿Les gustó el capítulo? ¿Muy trágico? ¿Preguntas? ¿Teorías? Déjenmelo saber.
Los leo🫶🏼
Cariños ❤️
Moon_
ESTÁS LEYENDO
Criminal
RomanceElizabeth, una neurocirujana muy prestigiosa y muy buena persona, queda su vida patas arriba al conocer al jefe de la mafia más importante. Él quiere iniciar algo con ella, pero Elizabeth duda al saber quien es él. ¿Podrá ella amarlo a pesar de quie...