9. La fiesta de disfraces

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Abandonamos la mansión de Malik, y, de camino a casa, hacemos una parada en una tienda de disfraces. Necesito un disfraz adecuado para poder llevar encima el Escudo de Luz. Quizá uno de guerrero o gladiador. Blake espera por fuera de la tienda mientras busco el idóneo. Después de estar un buen rato mirando disfraces, escojo uno de soldado romano. Aunque no es precisamente el que mejor me queda, creo que es el más apropiado. Lo primero que hago al llegar al apartamento, es echarle un vistazo al informe que nos entregó el Guardián. También ojeo una foto del tal Garrett. Ese tipo aparenta unos treinta y tantos. Ojos azules y pelo rubio. Tiene buen porte. Nadie diría que es un aprendiz de brujo.


Quedan quince minutos para que sean las diez de la noche, Celestine está al caer, por lo que empiezo a ponerme el disfraz. En cuanto termino de disfrazarme, Blake entra en el dormitorio y se empieza a reír a carcajadas al verme.

—¡Estás ridículo, novato! —dice entre risas.

—Muy gracioso... Al menos esta noche no tendré que aguantarte.

—¡Venga, termina de una vez! Celestine está en el salón, esperándote —me apura él.

Vaya, qué puntual es esta chica... Bueno, espíritu.

Blake sale del dormitorio. El Escudo está sobre la cama, lo cojo y me lo coloco en el brazo. Me miro en el espejo. Ahora sí que parezco un verdadero soldado romano. Me llevo también la bolsa que contiene las canicas, la introduzco en un bolsillo oculto dentro del disfraz. Nunca se sabe cuándo vas a necesitarlas. Voy hacia el salón tranquilamente y veo a Celestine, al verla, me quedo sorprendido. Está disfrazada de ángel negro, con un vestido escotado de color negro que resalta su figura, el cual, lleva pegado a la espalda dos pequeñas alas de plumas negras. También me fijo en que va calzada con unos zapatos de tacón a juego con el traje y las alas. En cuanto a su rostro, me percato de que lleva los labios pintados de un rojo intenso, y un delineado en los ojos que resalta y potencia su mirada azul grisácea. He de admitir que está muy sexy y que el traje le queda muy bien. Pega con su mirada traviesa.

—Te has quedado sin palabras, ¿verdad? —me pregunta ella con picardía.

—No. No es eso, es que no esperaba verte así. Bueno, como puedes ver, yo ya estoy listo, así que vamos a por ese ladrón.

Ella me mira de arriba abajo y se le escapa una pequeña sonrisa.

—A decir verdad, no te queda mal ese disfraz —me dice.

Blake viene de la cocina.

—Ten cuidado con ese Garrett y no la fastidies. Céntrate en la misión... Ya me entiendes —dice Blake, y luego me guiña un ojo.

—¡Que sí! —exclamo. Está claro que, por mucho que le diga, no hay manera de que entienda que no me atrae Celestine. Me acerco a ella y coloco mi mano sobre su hombro descubierto. Su piel es fría, como la de Shailene. Cierro los ojos y, a los pocos segundos, vuelvo a abrirlos. Ahora nos encontramos en un camino de tierra, en medio de una zona arbolada que, a su vez, está en medio de ninguna parte. Me fijo en que al final del camino hay unos amplios jardines, y, un poco más adelante, se pueden apreciar las luces que provienen de una increíble y lujosa mansión—. Deduzco que esa es la mansión de Garrett...

—En efecto —me confirma. A continuación, chasquea los dedos y aparecen dos pequeñas tarjetas en su mano—. Esta es tu invitación. —Me entrega una de las tarjetas.

Nos ponemos en marcha y llegamos a los elegantes jardines que rodean la mansión. Son bastante extensos y están repletos de pequeños y cuidados arbustos. También hay esculturas talladas en hierba de animales. Seguimos avanzando y nos encontramos con la entrada de un jardín laberíntico.

Adrien Fleming y la Puerta al Abismo (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora