¡Date cuenta! ||En Edición||

Un día nada soleado.

La noche por fin terminó,todo había vuelto a la normalidad en la medida normal de la "realidad".

La tensión estaba en el ambiente,el tenía el corazón en el pecho,sus manos temblorosas,sus ojos llorosos,su mirada que suplicaba perdón,sus labios parecían abrirse,pero las palabras se atoraban en su garganta y le dolía demasiado el pecho de una manera tan única que estaba a nada de decir que estaba sufriendo un infarto.

— ¿Estás bien?— fue lo único que se animó a pronunciar tras más de tres horas de verla dormir y ahora menos de quince minutos después de verla despierta.

—Tengo que volver al internado— respondió de manera automática. Desde que despertó no se molesto en mirarlo,en prestarle alguna atención,solo se levantó,tomo su uniforme y empezó a arreglarse.

—¿Ni siquiera me vas a mirar?— su reproche parece que logro por fin llamar la atención de ella,aunque al verla le fue difícil mantener la mirada —Se que me merezco tus reproches...—

Lejos de mostrar algún sentimiento al tenerlo así con esa mirada de corderito degollado solo pido mostrar cierto desinterés —No estoy molesta,pero quiero volver al internado— fue lo único que pareció importarle.

—¿Y yo?— sus manos fueron hasta su pecho,apretó fuerte este lugar,de verdad sentía que su corazón se iba apretujando —¿Me dejas solo?—

—¿Solo?— al verlo en ese estado lo vio,de verdad estaba solo,se veía solo,y de alguna forma la conmovió  —Estas con Kagami,tienes a tu padre,y a tu novia, a tus cientos de amigos,no estás solo—

—Tu sabes perfectamente que estoy solo— acepto su realidad—Mi padre es como si no existiera,Kagami es solo una amiga,mis amigos...ellos son solo amigos,y Marinette no es nada para mí—

—¿Yo que soy en tu vida?—

—Todo—

Se acercó a ella tembloroso,tenía miedo de que ella huyera,casi como un lobo con miedo de acercarse a una pequeña conejita. Como si fuera a correr en cualquier momento.

—Eres la luz de mi vida— se sincero,todo con las manos juntas pegadas a su pecho —Cuando estoy contigo estoy solo,pero no tengo soledad,porque estar solo y la soledad no es lo mismo. Cuando estoy contigo da igual estar solo contigo,da igual no tener a nada ni a nadie,porque lo único importante en mi vida eres tú,en cambio sin ti por más gente que tenga alrededor vivo en constante soledad...— tomo sus manos con cuidado así alzandolas hasta sus labios donde dio un pequeño beso a sus nudillos —Por más que lo intente no puedo enamorarme de Marinette,porque ella no es quién me hace feliz,ella no es la persona que quiero conmigo—

Sintió tanta lástima,entrecerro los ojos un poco mostrando cierta compasión para luego negar varias veces —Adrien,lo siento tanto— murmuró,separó sus manos evitando así el contacto —Yo no te amo—

—¡Chloe!— ante la desesperación del rechazo sintio un gran dolor en el pecho,sus ojos empezaron a reflejar el dolor por como las lágrimas empezarán a acumularse en sus ojos —Se que estás molesta,que te deje tirada en cuanto más me necesitabas,pero te prometo que no volverá a pasar,lo juro. Por favor,si esto es para castigarme lo estás logrando,pero por favor—

—Adrien, perdóname,yo no te amo— repitió intentando de alguna manera que el rechazo fuera menos áspero  —Eres mi mejor amigo,pero no te amo,y creo que nunca podré amarte—

—Chloe...— trago saliva en seco para empezar a lagrimear a la par que agachaba la mirada  —Si estás molesta,lo entiendo,pero no me hagas esto,te lo ruego...—

Ante su insistencia solo pudo tomar el collar que siempre traía,lo tomó con cuidado así desabrochando lo de su cuello,lo tomó y con cuidado lo dejo en la pequeña mesilla de noche.