Seungmin se despertó de golpe.
Le costó mucho enfocar su vista en algún punto del techo sin dejar de sentir que todo se movía a su alrededor. No sabía que diablos le habían inyectado ahora, y cuanto era el daño que la entidad había dejado.
Se sentó lentamente mientras una suave brisa acariciaba su cara, y sus pulmones se llenaban del aroma de los arboles que rodeaban la casa, llevándose de paso el olor de las cenizas que lo habían atormentado durante su sueño.
Miro el ventanal, estaba en el cuarto de Changbin, con las ventanas abiertas de par en par... No como las ventanas de su cuarto que tenían rejas de seguridad... Es más, Changbin tenía un pequeño balcón en donde a veces se ponía a leer.
Salió de la cama, aún mareado y se quedo apoyado en el dosel unos segundos, tomo aire profundamente y sacudió un poco su cabeza. Luego camino hasta el balcón, con el cuerpo pesando mil kilos y se asomo. Changbin no estaba afuera.
Suspiro mientras se sentaba en aquella mecedora tan cómoda que tenía y recogió los pies, quedándose a disfrutar del aire, cerro los ojos pensando en dormir ahí otro rato y se dejo llevar.
Dormía plácidamente cuando fue envuelto y sacado del lugar donde estaba, asustado se sacudió del sueño, no veía mucho, pero no estaba dispuesto a dejarse atrapar. Comenzó a agitarse y cayo al piso con los pies firmes y agazapado.
Changbin prendió la luz cegándolo unos segundos mientras lo reñía.
- ¡Carajo Seungmin! ¡Deja de comportarte como un gato salvaje!... ¡Mira como me dejaste!
Seungmin lo miro y luego observo los rasguños que le había echo en los brazos. Escondió sus manos ocultando aquellas largas y gruesas uñas que no eran humanas.
- Lo siento, me asuste - Dijo verdaderamente arrepentido bajando la mirada.
Changbin, suspiro hondo, le había gritado, y no era correcto. No después del infierno que había vivido en sus sueños. Se agacho para pedirle disculpas y tomar sus manos, observando como lentamente sus uñas volvían a ser normales.
- Ey...¿Estas bien? - Pregunto mientras lo ayudaba a levantarse agregando - Siento haberte gritado. Pero no te puedes dormir ahí afuera, sabes que corre mucho viento y se pone helado... Y estas descalzo...
Seungmin miro las manos de Changbin y vio aquellas heridas frescas... El aroma de la sangre y piel de Changbin era algo que siempre llamaba su atención... Sintió a la entidad rasguñando la superficie de su pecho, y aquel susurro que decía las ganas que tenía de lamer aquellas heridas... libero sus manos y las hizo puños.
-Estoy bien - Dijo mirando a otra parte - Lamento mucho si hice algo malo anoche.
Changbin pudo ver en el fondo de los ojos de Seungmin aquel brillo rojizo que emitía la presencia de aquella entidad que lo poseía, pero este se apagaba lentamente dejando paso al arrepentimiento sincero de parte de él.
-Tranquilo... - Respondió mientras caminaba hacia el balcón para cerrar las ventanas - ¿Que hacías ahí afuera?
- Disfrutar de la vista, sabes que mi cuarto tiene rejas en las ventanas y no puedo salir - Contesto en voz baja.
-¿Quieres que cambiemos de cuartos? - Pregunto Changbin. Seungmin lo miro sorprendido, mientras Binnie agregaba - Te pusimos en ese cuarto porque queda en un lugar estratégico, pero si estas aburrido...
Changbin se dio cuenta de que Seungmin no recordaba aquello y explicó nuevamente.
- Esta a un par de pasos del sótano y de la biblioteca... Ya sabes que tu primera obligación es proteger a Innie y sacarlo de aquí si fuera necesario. Mientras nosotros los protegemos a ustedes.
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Invocadores
FanfictionBangchan y Changbin han sido adoptados de las calles por una familia muy especial. Ellos buscaban a dos chicos fuertes que pudieran defender y crecer al lado de Innie, un invocador natural y su amigo Seungmin (un receptor), que están aprendiendo...