Habían pasado ya semanas desde que tenían aquella endemoniada moneda en la casa, o mejor dicho en la caja fuerte de Innie, él la tenía celosamente protegida con un sello puesto.
Ahora, todos se encontraban buscando alguna pista que les acercara a la fecha y el lugar donde se abriría el portal que coincidía con el uso de la moneda, pero la información era muy limitada. Y eso tenía a Innie muy estresado, el solo pensar que existía gente que quería abrir un portal para atraer a la oscuridad y el precio a pagar lo llevaba a revivir antiguos recuerdos.
Aún no olvidaba el día en que encontró a Seungmin...
Sus guardias lo habían sacado de la cama en la madrugada... Y mientras aún trataba de sacudirse el sueño, lo vistieron y subieron al auto, mientras se fue escuchando a sus mentores decir lo importante que era que esa noche usara sus enseñanzas...
Durante el viaje le habían puesto sus pulseras, el medallón y llevaba su túnica bordada en plata, que eran sus elementos de protección... Mientras lo cubrían de oraciones de protección.
Al llegar al lugar esperó en la puerta de aquel sucio sótano, mirando como los guardias luchaban y le abrían el camino hacía aquel pentagrama que tenía a un niño encadenado como vinculo... Miro atentamente cada figura dibujada en el suelo para poder revertir la invocación, pero los gritos del niño - que posiblemente tenía su edad - lo hicieron tomar las decisiones más extremas, pues no tenía tiempo si quería salvarlo...El niño estaba luchando contra la posesión y parecía sufrir mucho...las cadenas seguramente lo estaban quemando...
Cuando tuvo la oportunidad, corrió y apoyo sus manos en el piso sobre las líneas correctas del pentagrama y comenzó su propio ritual, mientras luchaba contra otros dos invocadores... Sus ojos observaron al niño que estaba en medio del pentagrama y luego observo a los invocadores, fue entonces que uso las palabras exactas para cortar aquella conexión ...
Fue algo fácil para él, pero para los otros, fue un infierno... Incluyendo al niño quien tuvo que quedarse con el demonio dentro de él...
Su nombre era Seungmin, y a pesar de lo que dijeron sus mentores y guardias, él no permitió que se lo llevaran de la casa a otra parte... Estuvo semanas tratando de quitar el demonio que estaba dentro, pero era imposible, ya que no tenía uno solo... El niño era un receptáculo de demonios... Un poseído con un gran don... Que a veces tuvo que ser encadenado en el sótano por no poder mantener el control...
Y durante los años que siguieron le enseño como mantener sus demonios dentro y silenciados, para poder vivir una vida los más humana posible siendo él mismo... Aunque había un solo detalle, y era que nunca podría vivir fuera de la casa o estar separado por mucho tiempo del lugar. Pues ahí estaba su lugar seguro...
Y para su sorpresa Seungmin había jurado lealtad a Innie, y esté lo había aceptado como parte de su guardia...
Suspiro hondo mientras recordaba que durante los años siguientes sus guardianes mayores fueron cayendo uno a uno en las peleas contra los guardias de otros grupos que trataban de cruzar los portales... Y también murieron sus mentores.
Hasta que los últimos guardias trajeron a dos chicos, un poco mayores que él.
Bang Chan y Changbin.
Ellos fueron educados en las artes de las peleas, uso de armas, lenguas antiguas y defensa contra invocadores. Los educaron más y mejor que a los otros.
Y él también participaba en sus enseñanzas facilitándoles información, libros y pergaminos que estaban prohibidos para otros, enseñándoles lenguas prohibidas, para que no estuvieran indefensos.
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Invocadores
Hayran KurguBangchan y Changbin han sido adoptados de las calles por una familia muy especial. Ellos buscaban a dos chicos fuertes que pudieran defender y crecer al lado de Innie, un invocador natural y su amigo Seungmin (un receptor), que están aprendiendo...