Al agua

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Había sido una sorpresa que los días coincidieran para verse, si bien su historia se asemejaba al de una diosa y un pirata que debía cumplir por un determinado tiempo su labor en el mar para ser compensado con un día con su amada, Fellow no tenía que preocuparse que aquella condición de laborar fuera una excusa para tenerlo lejos como aquel pirata. No podían verse pero cada día hacía que valiera la pena una vez pudiera reunirse, aún mejor cuando las vacaciones de primavera y verano alargaban un poco más su estancia como en el mito de la reina que volvía a casa la mitad del año para pasar la otra mitad con su esposo. Al zorro le gustaba más aquella comparativa, deseaba que los años pasaran para poder cumplir con aquella promesa que traería a Ortho cada primavera al hogar que compartían con Gidel pero, tenía que conformarse con ese aquel pirata aunque su labor era más bien en tierra para poder embarcarse en el mar tras cumplirla.

Como era costumbre antes de irse, preparo suministros suficientes para una semana para Gidel, el felino tenía sus propios planes cuando Fellow salía de casa, no le molestaba que lo dejara por largos periodos de tiempo, todo lo contrarío, podía hacer todo lo que quisiera sin el zorro cerca, eso incluía ir al pueblo más cercano para hacer pequeños negocios con los chicos de su edad; aquella mañana no fue diferente, Fellow le recordó a Gidel tanto el tiempo que estaría fuera, los números que podía usar en caso de emergencia, sus horarios para volver a casa y dormir, donde colocaría las compras para aquella semana junto a un poco de dinero extra para emergencias y, finalmente pudo salir de casa. Era un viaje bastante largo pero lo valía.


Estando a unas horas de desembarcar, le envió un mensaje de texto a Ortho para avisarle sin tener que interrumpirlo en sus horas de clase; lo malo es que un pequeño accidente con una ola termino con un teléfono al agua.


—mierda... nonono—  Fellow tomo el barandal con ambas manos, mirando como su teléfono se iba hundiendo.


No pudo más que observar como las olas parecían burlarse de su suerte, llevando su teléfono de lado a lado hasta perderlo de vista por completo; su mayor preocupación era que Gidel le llamara, cosa que rara la vez pasaba y no entendía como todas esas veces el felino parecía simplemente aburrido porque literalmente hacía una llamada telefónica en vez de enviar un mensaje de texto.

Su suerte por milagro no empeoro, solo había perdido su teléfono, las demás cosas iban tal cual estaban planeadas, su equipaje estaba completo y al registrarse en el hotel de siempre no hubo tropieces; en el camino a NRC pudo hacer algunas cuantas compras, pero hubo de nuevo otro cambio, tal vez lo había dejado pasar por sus prisas de querer irse cuanto antes para ver a su angelito de mar pero había de alguna forma olvidado de la reunión familiar para los estudiantes; pensar en el simple recuerdo de sus suegros le hacía retomar su camino a casa, usando cualquier excusa para justificarse pero no podía, Ortho en definitiva no se lo perdonaría y menos con la coincidencia de tener más días para verse de lo usual.


—¡¡Fellow!!—  una juguetona voz lo llamo desde arriba, era Lilia quien estaba colgado del techo  —¿también vas para Ignihyde?—


Fellow intento no mostrar que lo había sorprendido  pero su cola estaba completamente erizada  —si, acabo de llegar pero no me puedo comunicar con Ortho, mi teléfono decidió visitar a los peces—  intento pasar sus dedos por su cola para que dejara de verse como un algodón de azúcar anaranjado.


—me ha pasado, por cierto....—  bajo dando una extraña acrobacia que perjudicaba aún más su cadera  —sus padres no son los únicos en la visita, también vino su otro hermano—

El rey de los phantom (Twisted Wonderland Disney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora