El rey de los phantom (Twisted Wonderland Disney)

Antes de entrar

La información recopilada comenzaba a enlazarse casi como Ortho esperaba, serían nuevos estudios de como tratar de blot, como algo adictivo que podría dejarse cuando el desarrollo de un phantom apenas se estaba desarrollando; quería ver como reaccionaria Riddle si de nuevo estaba expuesto al blot, incluso su propio hermano pero temía que se manifestara una anomalía vinculada a la recaída y sus efectos fueran "dependientes al producto abandonado"; Ortho quería confiar en las predicciones de Idia, pero le costaba mucho entender la bipolaridad de su hermano Ort y todo lo que el Tártaro le hizo desarrollar en 8 largos años, sobre todo, saber si lo odiaba en el fondo por tener la vida que se le arrebato en aquel incidente o si odiaba a Idia por haberlo "sustituido".

Llevo su pequeña investigación impresa para mostrársela a Idia, sumergiéndose en simulaciones en su consciente para ver las probabilidades que el blot influyera en el comportamiento de Ort y este causara una reacción en cadena, para él era lo más probable y necesitaba una segunda opinión antes de ir con sus padres.

—Nii-san, descubrí algo que puede...—

Se quedo pasmado por algunos segundos al notar que interrumpía a su hermano, tal vez haber tocado la puerta antes les pudo dar un poco de tiempo para arreglarse las ropas y disimular que solo habían sido atrevidos besos entre Idia y Lilia, que se supone, este último estaba postrado en una cama sin permiso alguno de levantarse y mucho menos hacer esfuerzo alguno; ahora estaba muy montado en Idia, con pequeñas marcas que delataba su pequeño encuentro.

Ortho se giro de inmediato, ignorando a su hermano que le pedía que no "malinterpretara" para lo que el pequeño Shroud era más que claro; no iba a meterse en la intimidad de su hermano aunque su protocolo le pedía hacer que Lilia volviera al reposo absoluto, fingiría que lo que vio era necesario para quemar el blot que se refugiaba aún en el cuerpo de su cuñado.

Ortho se sentó en el pasillo, pegándose a la pared para esperar a que su hermano se reuniera con él, pero en su lugar, fue Lilia quien salió con una sonrisa juguetona y orgulloso por llevar una pequeña marca en los labios.

—aquí estás—  lo llamó Lilia  —no quería que nos atraparas, fui bastante descuidado al no escucharte—

—me alegra saber que tu salud mejora más rápido que el promedio a pesar de tu edad—  continuo sentado en el suelo, evitando todo contacto visual con el mayor.

—a veces se necesita un poco de emoción para recordar que sigues vivo—  se sentó a su lado, quejándose por su dolor de espalda  —aah... en fin... ¿cómo te sientes?—

—esa pregunta deberías contestarla tú—  miro su informe impreso  —estuviste expuesto a niveles más altos de blot que Fellow—

—soy un huesito difícil de roer, sin contar que tengo a alguien que haría una locura de amor por mi si es que me pasa algo—  continuaba con aquel orgullo tan característico  —es lo mismo que tú harías por él—

—¿por quién? ¿por Fellow?—

Lilia negó un par de veces  —el amor no es solo entre parejas sino también algo familiar, amistoso e incluso competitivo, ¿a caso no amas a tus hermanos?—

—creo que el concepto sería "querer a mis hermanos"—  Ortho corrigió.

—el amar y el querer están muy llevados de la mano, la diferencia es la forma de demostrarlo y su intensidad—    dejó escapar un suave suspiro  —o eso me lo dijo alguien hace tantos años que ni así entiendo que es amar a alguien—

—¿amas a mi hermano?—

Lilia río con cariño, reflejándose en su rostro un cariño puro al pensar en Idia en esos segundos; si bien no tenían una relación tan apegada como el de otros, e Idia intentaba mantener una cierta imagen de madurez con Lilia debido a su diferencia de edad, admitía que le gustaba como funcionaba aquello con ellos, que cuando estaban a solas ya nada importaba, se olvidaban de las reglas sociales de los humanos, se olvidaban del pasado.

—a mi manera... lo amo, así como tu tienes tu manera de amar a Fellow, no todo se basa en chocolates, promesas y obsequios—  volvió a reír  —Idia tiene su tiempo y yo el mío, será una pena de amor si vuelvo a perder a otro más sin poder hacer nada—

Ortho sabía que se refería tanto a Levan como a Maleonor, lo antiguos amores del ex-vicelíder de Diasomnia; no era un secreto sobre aquellos amores plasmados en las paginas de su juventud, les guardaba cierto apreció y dolor, algo demasiado atesorado para Lilia para entender que no podía seguir lamentándose más por no haber estado ahí para arrastrar a la fuerza a Maleonor por los túneles del castillo o ir detrás de Levan cuando salió hacer su misión diplomática, por eso con Idia no quiso repetir el mismo error, dejarlo marchar a un lugar como el Tártaro o quedarse con la sensación de "que hubiera pasado si..." cuando supo de los sentimientos del mayor de los Shroud.

—nee Lilia, si hubiera una posibilidad de que pudieras ver a Levan...—

—lo golpearía—  dijo con un tono triste al interrumpirlo  —ser tan amable lo condeno, no quiero tener la oportunidad de verlo para después volver a perderlo, prefiero esperar hasta que tenga que ascender a las estrellas... ahí... felizmente podre golpearlo sin que nadie me detenga y restregarle en la cara lo magnifico que fui criando a Malleus—

—si cuenta lo que paso en la Isla de los Sabios... sí, fue un magnifico trabajo de crianza—

—los dragones reconocen lo primero que ven como su madre, es normal que me tenga tanto cariño, fui el único que intento hacerlo sentir en casa—  volvió hablar con aquel orgullo.

—la familia ya tiene registros de dependencia emocional, no me sorprenderá si tengo un sobrino con la misma dependencia—  dijo en un tono insatisfecho  —si es que me dan sobrinos—

—eeeh? ¿tan pronto me quieres de ese modo? espera al menos que Idia deje de ser tan avergonzado cuando me toma de la mano y veré que puedo hacer—

—con uno estaré más que satisfecho—

Temía que aquella "maldición" volviera hacer de las suyas si de nuevo había dos hijos; su padre no tenía hermanos, su abuela tampoco había tenido; revisando el registro familiar se daba cuenta que los nacimientos habían sido muy controlados y ningún matrimonio poseía registrado más de dos embarazos; su cronometro seguía con la cuenta de 8 años, tenía aquellas cuentas muy presentes desde que se había puesto a investigar ciertos registros que involucraban a sus dos hermanos para comprender el estado del blot, en esos aspectos, Ortho se parecía bastante a su padre, siendo tan extremista para los datos de probabilidad.