Tn Adelaide Laurent
Desperté al día siguiente al sentir que Flora se levantó de repente lo que me hizo sobresaltar. Honestamente hace días no dormía con tanta profundidad como anoche.
—¿Todo está bien? —le pregunté adormilada y mirando al rededor.
—Se me hizo tarde, voy a llegar tarde —Abrí los ojos al darme cuenta que hoy era Miércoles, por lo tanto Flora tenía que ir a la escuela.
—Ve a arreglarte y nos vemos abajo —Pedí para que en solo segundos ella se levantará de la cama y saliera casi corriendo de la habitación.
Tomé aire con pereza y después retiré las cobijas de mis piernas para levantarme y dirigirme al baño arrastrando los pies. Me duche rápidamente y salí con el cabello empapado.
Me vestí con un suéter celeste con capucha y un leggins negro junto a tenis blancos. Al observar mi reflejo hice una mueca al ver mis grandes ojeras así que tomé unos lentes de Sol y me los puse para disimular.
Bajé a la cocina y le hice el desayuno a Flora el cual devoró al haber bajado.
Ambas salimos apresuradas de la mansión para que Flora logrará llegar a tiempo a la escuela porque si Miles hubiera estado no estaríamos corriendo, pero no tenía ni la más mínima idea de en dónde se encontraba.
Logramos llegar a tiempo a la escuela y me despedí de Flora que entró a paso rápido a esta.
Me llevé una mano al pecho respirando agitada, mi ritmo cardíaco se había acelerado demasiado por haber caminado tan rápido, además las piernas le dolían.
—Maldición —susurré poniendo mis manos en mi cintura tratando de recuperar el aliento—. Me hace falta ejercicio.
Comencé a caminar de regreso a la mansión a paso lento para no agitarme demasiado y terminar agotada con solo hacer algo de actividad física.
Al llegar de nuevo a la mansión subí a la habitación y me quité los lentes dejándolos sobre la mesa y luego me dejé caer en la cama boca abajo.
Cerré los ojos con fuerza al sentirme mareada, ¿Me estaría enfermando?
Cerré los ojos moviendo la mano hacia bajo mi almohada sintiendo la tela del gorro de Michael así que lo saqué y me lo pegué en el pecho apretandolo con fuerza.
Permanecí varios minutos así, con las rodillas pegadas al pecho mientras estaba acostada en la cama apretando el pequeño gorro con mis manos.
ESTÁS LEYENDO
Poisoned Paradise // Miles Fairchild [✔️]
Novela JuvenilT E R M I N A D A [L I B R O D O S] Dicen que después de la tormenta llega la calma, por eso nadie se prepara para el huracán. Cuando finalmente creían estar en paz, la vida que habían construido comenzó a derrumbarse a causa de la desconfianza y...