Poisoned Paradise // Miles Fairchild [✔️]

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Tn Adelaide Laurent

Las discusiones con Miles volvieron a surgir, pero esta vez eran peores, yo terminaba gritando mientras lloraba mientras él me reclamaba.

No había un buen ambiente, él me reclamaba por el estado tan deplorable en el que me encontraba pero yo no podía hacer nada, sencillamente estaba tan deprimida y ávida qué no quería hacer nada.

El trago ya se le había vuelto rutina, todos los días se iba a embriagar y la mayoría de nuestras discusiones era con el borracho lo que me sacaba de quicio porque me reclama por no salir de la mansión y él si podía lidiar con su preocupación bebiendo.

Se había vuelto más frío y distante, cualquier cosa le molestaba y parecía que cualquier cosa que pasara era mi culpa. Si tenía resaca y no había pastillas era mi culpa porque no había comprado, si dormía todo el día yo era responsable por no despertarlo, pero si lo hacía me decía que le dolía la cabeza y quería que lo dejara dormir. Sencillamente todo lo que le pasaba era mi culpa según él.

—Tn —Miré a Flora dejando de lado su cuaderno con el que le ayudaba en la tarea—. ¿Dónde está Miles?

—Salió anoche y no ha llegado —respondí con desgano. Seguro no tardaba en llegar y yo no estaba de humor para más peleas.

—Ustedes están teniendo problemas, ¿Verdad? —Asentí apretando lo labios.

No era nada agradable saber que Flora estaba al tanto de mi situación con Miles. Ya había considerado pedirle a Madison si podía quedarse con ella en su departamento hasta que las aguas se calmaran entre Miles y yo.

—Oye —La miré de nuevo ya que esta viendo un punto fijo—. ¿Puedo ir a jugar con Liam?

—¿Hoy? —pregunté y ella asintió.

Lo medité algunos segundos, si Miles llegaba pronto no quería que Flora escuchara las peleas así que si estaba con Liam me ahorraría eso, yo me haría cargo de los reclamos de Miles.

—Vamos —Me levanté cerrando su cuaderno y ella sonrió para luego subir corriendo por un abrigo.

Bajó a los segundos y luego ambas salimos de la mansión en dirección a casa de Liam, yo ya sabia donde quedaba porque a veces la llevaba a que jugara.

Me sentía fatigada de caminar el trayecto, además el Sol me incomodaba y me hacia sentir mareada, eso sin mencionar el dolor de rodilla que me estaba provocando caminar.

Cuando la dejé en casa de Liam me detuve algunos segundos intentando recuperar el aliento, qué horrible era fatigarme por una actividad tan fácil como lo era caminar.