capítulo 18

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— ¿Cuánto tiempo llevas aquí?—le pregunté moviendo los pies dentro de la alberca mientras miraba a las personas jugar voleibol dentro de ésta. Por fin teníamos un momento para hablar a solas, cuando Valentina vio a Jake se emocionó demasiado, gritándole desde donde estaba, obviamente llamó la atención de varios en la fiesta y los acompañantes de Jake comenzaron a hacer preguntas. Todos estaban muy curiosos sobre nosotros.

La demás gente se fue acercando al escuchar nuestra historia, al parecer para ellos era fascinante que Jake y yo nos hubiéramos encontrado por casualidad en tres países diferentes en un lapso de once años. Al igual que Jake, lo llamaron destino pero yo no era muy creyente en ese tipo de cosas, que nos encontráramos ese día fue mera coincidencia, ¿verdad? Que Jake trabajara en la misma empresa que el prometido de mi mejor amiga era solamente una coincidencia.

— Tres meses, llegué en diciembre.—asentí escuchándolo con atención.— La verdad no creí que te encontraría en una fiesta aleatoria, ni siquiera quería venir, Luis me obligó.—me incliné hacia atrás apoyándome en mis brazos y miré al tal Luis, gracias a él volví a ver a Jake.

— Yo tampoco, creí que estabas en Sídney.

— En realidad estaba en Viena.—ladeó la cabeza y sonrió ligeramente.— Y antes de eso estuve en Tokio.

— Qué internacional me saliste.—Jake soltó una risa y se acomodó imitando mi posición.

— La empresa en la que trabajo quería mandar ingenieros a México para ayudar en las diferentes sedes que hay aquí, no pude desaprovechar esa gran oportunidad y me ofrecí para venir.—me giré para mirarlo y él me miró también.

— ¿Lo hiciste por mí?—relamió sus labios y miró hacia otro lado mientras asentía.— El destino, ¿eh?—lo molesté y me empujó suavemente, haciéndome reír.— Lástima que no te mandaron a una de las cinco sedes que hay en mi estado, tal vez nos hubiéramos encontrado antes.

— Oh, eso... Me dieron la oportunidad de escoger a donde quería ir y, siéndote sincero, creí que vivías en Hermosillo, por eso escogí venir a aquí.—se rascó la nuca y no pude evitar soltar una carcajada.

— Tonto, ¿no sabes de dónde soy?—le di un suave golpe en el brazo.— Te lo dije cuando nos conocimos en Portugal y te lo repetí cuando estábamos en Corea, ¿acaso no me escuchaste?

— Yo recordaba que habías mencionado Hermosillo pero ahora creo que hablabas de tu amiga.—sonreí negando con la cabeza y exhalé aire recostándome en su hombro. Se sobresaltó por mi acción pero no dijo nada y no me alejó.— Entonces, ¿cómo se llama tu ciudad?

— Torreón.—respondí en un murmullo y cerré los ojos, las cervezas que me tomé cuando estábamos platicando con los demás ya estaban haciendo efecto en mi cuerpo.

— ¿Está muy lejos de aquí? ¿Hay manera de que pueda ir a visitarte seguido?

— No lo sé, hay vuelos que duran como seis horas y otros que duran más de nueve, por carro y camión son más horas... Espera.—abrí los ojos de golpe y me separé para verlo.— ¿Planeas visitarme?

— Sí.—sonrió llevando su mano a mi mejilla para acariciarla.— Ahora que nos hemos vuelto a encontrar no pienso dejarte ir de nuevo, más bien, no me iré esta vez, no volveré a cometer ese error... Claro, si me aceptas nuevamente en tu vida.—me miró directo a los ojos esperando una respuesta y tragué saliva bajando la cabeza, no sabía qué responderle, ¿cómo podía preguntarme algo como eso tan fácilmente como si no fuera nada importante?

Fate | Jake SimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora