capítulo 12

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— ¿Ya estás lista, cariño?—mi padre preguntó asomando la cabeza por la puerta de la habitación.

— Sí... ¿Y mamá?—terminé de ponerme el cardigan que mi madre me llevó.

— Nos está esperando en el auto.—entró a la habitación.— ¿Te vas a llevar los regalos de tus amigos?—llevé la mirada al montón de flores artificiales -por políticas del hospital estaban prohibidas las flores naturales-, globos y peluches que los chicos me llevaron en esos días.

— Sí... ¿Me ayudas a llevarlos al auto?

— Claro, tú no cargues nada, recuerda que no puedes cargar cosas pesadas.—mi padre se apresuró a tomar los arreglos de flores.

— Puedo llevar los globos, ¿sabes?—sonreí ligeramente.

— Yo puedo llevarlos, mi niña.—insistió y terminé accediendo.— Siéntate y espérame, ¿si? Iré a dejar esto y luego vengo por ti.—asentí y me senté con cuidado en la cama. Mi padre salió de la habitación llevándose consigo tres de los arreglos.

Suspiré dándole una mirada a la habitación, después de siete días por fin podría irme del bendito hospital... Tenía vagos recuerdos del día del incidente, recordaba cuando Jake llegó a mi departamento con su traje de novio y lleno de sudor por haber corrido hasta ahí, cuando le presté ropa y se metió a bañar, cuando tuvimos la pequeña plática y cuando llegó ese intento de ser humano. Lo demás era muy difuso, en algún momento me desmayé y cuando tuve un momento de lucidez estaba en una ambulancia y tenía a dos paramédicos sobre mí, después volví a perder el conocimiento.

Y al despertar estaba en una habitación de cuidados intensivos en el hospital. Lo que me dijo el doctor que me atendió fue que perdí una cantidad considerable de sangre, así que tuvieron que hacerme una transfusión. También tuve un neumotórax provocado por una perforación en mi pulmón izquierdo, por la cual necesité una cirugía y tuvieron que colocarme una sonda pleural, la misma que llevé durante toda mi estancia en el hospital hasta esa mañana que me la retiraron.

— Mary.—salí de mis pensamientos al escuchar esa voz y levanté la cabeza, encontrándome con Sungchan en la entrada de la habitación.— ¿Ya te dieron de alta?—preguntó al verme vestida con ropa normal.

— Sí, por fin volveré a mi departamento.—le respondí palmeando el espacio vacío a mi lado para que tomara asiento.— Mi madre me dijo que un chico alto y guapo me trajo un peluche y globos mientras dormía anoche, supongo que se refería a ti, así que gracias.—dije cuando se sentó.

— Perdóname por no haber venido en estos días, yo no estaba...—puse mis dedos en sus labios para que dejara de hablar, no tenía que darme explicaciones, entendía que tal vez no tuviera la fuerza mental para ver a alguien cercano en una cama con un tubo saliéndole del costado.— Seori me dijo que todos vinieron a verte, incluso los instructores de la academia a la que asistes.—asentí y una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro, me sorprendía que tantas personas se hubieran preocupado por mí.— No sabía que bailabas.

— Apenas había comenzado a ir... Creo que podré volver en unas semanas, cuando esté completamente curada.

— Me gustaría verte bailar, de seguro eres muy buena, con lo bien que mueves las caderas.—dijo en tono sugerente y movió las cejas de arriba a abajo, lo miré sorprendida y solté una risa, Sungchan también comenzó a reír.

— Ay, no me hagas reír que me duele.—dije riendo todavía.

— Perdón, perdón, no pude evitarlo, tenía que hacer ese comentario.—sonrió divertido.— Bueno, ya tengo que irme, quise venir a verte ahora porque no podré asistir a la fiesta de ésta...—dejó de hablar de golpe y me miró con los ojos muy abiertos.

Fate | Jake SimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora