Prólogo

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Después de una larga noche de pasión, Charlie se encontraba acostado en el pecho de Babe. Ambos estaban agotados por las actividades sexuales que habían tenido anteriormente.

— Charlie —dijo el alfa mayor mientras acariciaba su cabeza—

— ¿Sí? —respondió la alta figura, aún con los ojos cerrados—

— ¿Te gustaría tener hijos?

Esta pregunta desconcertó totalmente a Charlie, haciendo que abriera los ojos en un santiamén.

— ¿Por qué lo preguntas?

— Respóndeme

— Um...sí, ¿por qué no? La verdad es que suena lindo imaginarme tener un hijo, aunque no es una prioridad en mi vida, no me importaría en absoluto. Pero se que tú no quieres tener hijos, así qué no me preocupo mucho respecto al tema —respondió sonriente mientras seguía recostado en su pecho—

Hubo un corto silencio, hasta que Babe se dignó a romperlo.

— En realidad, quiero tener hijos...—susurró Babe en voz baja, pero Charlie lo había escuchado perfectamente—

— ¡¿De verdad?! —preguntó feliz el joven, cómo si se hubiera ganado un gran premio y todavía no sé lo terminara de creer—

— Sí, de verdad. —Dijo serio esta vez— Al ver a Jeff y Alan ser padres, algo se despertó en mi instinto, cómo si mi cuerpo me pidiera ser madre.

Charlie se había quedado atónito, no podía creer lo que Babe acababa de decir, es cómo si estuviera en un sueño.

— ¿Charlie? —preguntó Babe, al ver que su novio no decía ni una sola palabra—

—Charlie se aferró al cuerpo de Babe, abrazándolo muy fuerte— Estoy muy feliz, Babe. Formar una familia contigo me hace muchísima ilusión.

Nunca pensó qué algo así podría hacer tan feliz a Charlie, pero Babe mentiría si dijera que no estaba muy feliz también. El hecho de tener un cachorro que sea de Charlie, le hace estar muy feliz. Él sabe que había escogido a la persona correcta para que sea parte de su vida y cómo el padre de sus hijos.

Al día siguiente, todos se reunieron en la casa de Alan y aprovecharon la oportunidad para contar la noticia. Todos estaban sorprendidos, nunca imaginaron que Charlie y Babe fueran a ser padres, pero al mismo tiempo los rodearon de abrazos y se pusieron muy felices con la noticia.

Ahora todos se encontraban en el patio exterior; Alan y Jeff se encontraban a la sombra. Mientras Jeff leía un libro, Alan besaba y acariciaba con delicadeza la barriga de su novio; North y Sonic estaban dentro de la piscina, se estaban dando picos mientras discutían quién amaba más a quién; Pete y Way estaban descansado en una hamaca tomando el sol; Charlie y Babe en una esquina de la piscina abrazados, hablando sobre los posibles nombres que les pondrían a sus hijos; y Kenta y Kim estaban sentados al borde de la otra punta de la piscina hablando sobre algo.

— Kim —llamó Kenta al pelirrojo, sin mirarle a la cara—

— ¿Um? —respondió Kim mientras movía los pies en el agua—

— He estado pensando y creo que iré al psicólogo.

— ¿En serio? —Kim miró rápidamente a la cara del pelinegro, para percatarse de lo que estaba diciendo—

— Sé que llevas mucho tiempo aconsejándome de que vaya, pero era un cobarde y no estaba seguro. Ahora sé que es lo mejor y tengo decidido que iré. También quiero que todo en nuestra relación salga bien, quiero que todo funcione contigo.

Pit RyanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora