Capítulo 5

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A la mañana siguiente, Leinar fue el primero en despertarse y se dio cuenta de la situación.

— ¡Mierda, mierda! ¿Qué hice? —susurró en voz baja paniqueado—. No puedo hacer esto —agarró sus cosas y se salió de la casa sin dejar rastro alguno—.

Pasó el tiempo y Ryan se despertó acariciando la manta buscando al sujeto rubio pero no lo encontró.

— ¿Leinar? —Ryan se levantó de la cama y fue a buscarlo por todos lados pero no encontró nada, lo llamó por teléfono pero no obtuvo respuesta—. Soy un idiota.

— Mamá, papá. ¿Habéis visto a Leinar?

— Buenos días cariño —saludó Charlie a su hijo— No, no lo hemos visto.

— Espérate, ¿entonces anoche durmió aquí?

— Sí, pero me desperté y ya no estaba.

— ¿Qué pasó? —preguntó Chars quién se encontraba en la mesa de la cocina desayunando—.

— Bueno, ayer fuimos de fiesta, bebimos y al llegar...tuvimos sexo.

Charlie y Babe no sabían que decir, se habían quedado en blanco. Era extraño, pues ellos eran los primeros en disfrutarlo y hablar abiertamente de las relaciones sexuales.

— ¿Ah? ¿Y se marchó? —preguntó Chars atónito—.

— Sí, creo que fue un error —dijo Ryan cabizbajo—.

— Cariño, lo mejor es que hables con él. Tal vez fue inesperado, pero estoy seguro que si hablan, aclararán las cosas.

— Tu padre tiene razón —Babe acarició la cabeza de Ryan despeinando su cabello—.

— Está bien, iré al garaje y de paso veré si está allí. Gracias.

— No nos agradezcas hijo, somos tus padres —sonrió Charlie—.

— Cómo ese imbécil haya jugado con mi hijo pienso matarlo —se quejó Babe una vez que Ryan salió por la puerta—.

— Babe tranquilo, tal vez es un malentendido, quizá tenía algo que hacer —envolvió a su novio entre sus brazos y le dio un beso en la cabeza—.

— Supongo —devolvió el abrazo de su alto alfa—.

— Papá, mamá, he quedado con Wat —Chars se levantó de la silla y se dirigió a sus padres—.

— Está bien cielo.

— Últimamente, bueno no, desde que llevas saliendo con él (es decir desde la adolescencia) te la pasas más con él que con nosotros. —Babe fingió tener celos—.

— Mamá vamos, me vas a negar que eres igual con papá.

— En eso tiene razón —rio Charlie—.

— Vete ya o llegarás tarde —interrumpió Babe—.

— Vale —abrazó a sus padres—. Los amo mamá y papá.

— Y nosotros a ti —dijeron ambos y luego Chars se fue—.

— De nuevo solos, se nota que ya están mayores —comentó Charlie con nostalgia—.

— ¿Y sí aprovechamos estos momentos solos y tenemos sexo?

— ¡Babe! —Charlie rio con la propuesta de su pareja—.

Leinar acababa de entrar a la casa, en el sillón se encontraba su hermano y sus padres algo serios.

— Hola —saludó Leinar—.

— ¿No tienes nada qué decir? —preguntó Jong—.

— ¿Qué sucede?

— Enséñale el vídeo, Jong —ordenó Winner a su hijo—.

Pit RyanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora