Capítulo 15

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Ya habían llegado de Japón, por lo que decidieron reunirse en la casa de Alan para contar la gran noticia.

Cuando les entregaron las cajas con las cosas de bebé dentro y la ecografía, estos no se la creyeron.

Los primeros en reaccionar fueron Way y Pete. Way comenzó a llorar y abrazó feliz a su hijo, seguidamente lo hizo Pete

Por otro lado, Charlie comenzó también a llorar como un cachorrito feliz por la noticia.

— ¡Vamos a ser abuelos Babe! —abrazó Babe dando saltos de felicidad por la noticia—

Babe sonrió y abrazó feliz a su alfa. Aunque este también había soltado alguna que otra lágrima, pero no lo quería admitir.

— Aww, ¿estás llorando? —sonrió feliz Charlie al ver a Babe—

— Quién diría que el corredor número uno de Tailandia fuera tan sensible —rio North—

— North....—Alan miró al chico desafiante—

Los años habían pasado, pero Alan sería el mayor del equipo, el líder y el padre de todos.

— ¡Esto hay que celebrarlo! —sugirió Keena—

— ¡Claro! Vamos a reunirnos en el garaje esta noche —respondió Yoshi—

— Chicas, vengan también —añadió Ryan— Será más divertido si hay más gente.

— Me parece buena idea, ¿pero qué hacemos con Sunan? —respondió Jenny— No podemos dejarlo solo.

— No se preocupen por él, nosotros lo cuidamos —sonrió Kim—

— Gracias mamá —sonrió alegre Sunny—

Sí de alguien había sacado esa linda sonrisa Sun, no era de nadie más que de Kim.

— Antes de que se vayan, tengo que decirles algo —Alan colocó una caja encima de la mesa con un montón de llaves—. Todos sus padres y yo hemos decidido comprar una comunidad de casas para que todos vivan juntos cuando se vayan a independizar.

— Yo ya lo sabía —sonrió Jenny orgullosa— Es la comunidad donde yo vivo.

Todos los jóvenes estaban sorprendidos y felices por esa noticia, por lo que cada uno abrazó a sus respectivos padres para agradecerles.

Leinar y Ryan, después de la reunión familiar, se habían ido a la playa donde siempre solían ir cuando querían estar solos.

Ahora se encontraban recostados bajo una palmera en la sombra contemplando el paisaje.

— ¿Y si tenemos un hijo? —dijo Ryan serio—

— ¿Qué? ¿Hablas en serio? —preguntó Leinar confundido—

—El pelinegro enseguida comenzó a reír por la reacción del rubio— Vamos, es una broma.

— Ya sospechaba yo, es raro que digas algo así.

— Yo nunca he dicho que no quiera hijos.

— ¿Entonces quieres?

— Sí, pero todavía no. ¿Y tú?

— Bueno, sí es contigo sí —sonrió picándole un ojo—

— Te has vuelto más pícaro, antes eras más serio.

— Vamos, estábamos empezando la relación.

— Bueno, ¿entonces puedo decirte que eres adorable?

— Creo que el adorable eres tú —dijo el rubio agarrando los cachetes de su novio—

Pit RyanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora