Capítulo 12

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Jenny como de costumbre había reunido a todos en el garaje para comentarles algo.

— Bueno, como sabréis me tomaré un mes libre para cuidar y atender a mi hijo y a Sunny. Además, creo que ustedes también merecen ese mes libre. Y como no iniciará una temporada de competición hasta dentro de tres meses, podéis descansar.

Todos gritaron emocionados por la noticia que la jefa les acaba de dar. También se acaban de graduar y merecen unas vacaciones.

— Creo que deberíamos irnos de viaje —comentó Chars—

— Buena idea —respondió Wat—. Mi padre y el de Keena manejan hoteles en Tokyo. ¿Por qué no vamos a Japón de viaje?

— Es verdad —dijo Keena—. Podríamos irnos allá.

— ¡Por favor! —gritó Yoshi— ¡Necesito ir al parque de Mario y gastarme todo mi presupuesto en las tiendas!

— Bueno, creo que es buena idea. Entonces está decidido ¿no? —respondió Ryan—

— Jenny, ¿por qué no vienen?
—preguntó Khalan—

— No se preocupen por Sunny y por mí. Sunan todavía es muy pequeño, hace apenas semanas que nació, y es más duro cargar con un bebé a un viaje así, también queremos tiempo a solas. Así que disfruten el viaje, pero con una condición, traernos un recuerdo o dulce japonés.

— ¡A la orden capitana! —dijo Keena colocando su mano en la frente como si se tratara de un militar—

Pete y Way se encontraban en el sofá de la sala acostado. A causa del trabajo, no estaban tanto tiempo juntos.

— Por fin podemos estar juntos —sonrió Way apoyando su barbilla en el hombro de Pete—

— Tienes razón, lo lamento. He estado ocupado últimamente, pero ahora tendré vacaciones de 15 días y podré estar más pendiente a ti —acarició suavemente la cabeza de su pareja—

— Hola mamá —saludó Wat entrando a su casa— Oh papá, hoy llegaste más temprano.

—Way devolvió el saludo a su hijo con una sonrisa—

— Así es, tengo vacaciones de 15 días —contestó Pete—

— Hablando de vacaciones, Jenny también dio vacaciones al equipo durante un mes y yo quiero también quiero estar de vacaciones.

— Wow, eso es bueno cariño —sonrió Way— ¿Y cuáles son sus planes?

— Pues, papá y P'Kenta manejan hoteles y negocios en Japón, ¿no es así? Podríamos quedarnos en uno de los hoteles en Tokyo por 15 días.

— Me parece buena idea —agregó Pete—

— Pero me preocupa dejar tanto tiempo la galería de coches sola —dijo Wat—

— No te preocupes, contrataremos a alguien que se ocupe tanto de la galería como del bar —respondió Way—. Disfruta de las vacaciones.

— Gracias —sonrió a sus padres—

— Ya que estamos los tres juntos, ¿por qué no vemos una película? —sugirió Pete—

— Buena idea amor, antes veíamos películas a todas horas de Disney con Wat hasta que se dormía.

Wat rio con lo que sus padres les acababa de decir, era cierto que siempre fue fanático de las películas, en especial de Disney.

— Está bien, pero primero voy a bañarme. Hace demasiado calor y estoy sudando.

— Está bien hijo, te esperamos —respondió Pete—

Leinar, Ryan y Chars se encontraban en el jardín de la casa descansado, pues habían estado jugando con las pistolas de agua y con Chase. Hacía demasiado calor así que querían refrescarse.

Chars se había ido a la habitación porque quería ducharse para luego acostarse en su cama y ver series.

Leinar y Ryan ahora estaban en el jardín tumbados bajo una sombrilla hablando muy cariñosamente.

— Ellos se ven tan lindos —sonrió Charlie— Me recuerda a nosotros de jóvenes.

— ¿Tú crees? —rio Babe burlón—

— Vamos Babe, claro que sí. Nosotros también fuimos así.

— Oh, ¿ahora no lo somos? —respondió ofendido el alfa mayor—

— Oh no, claro que sí —abrazó a su pareja— Solo que ahora es distinto porque somos más mayores.

— ¿Distinto? Para mí sigues siendo el mismo perro estúpido.

— Pero me amas ¿no? —sonrió Charlie recostado en el pecho de Babe—

— Por supuesto —acarició la cabeza de Charlie como si se tratara de Chase—

Leinar estaba acariciando el rostro de Ryan mientras este yacía con los ojos cerrados.

— Oye, ¿tú perdonarías una traición?

Leinar preguntó directamente, haciendo que el pelinegro abriera los ojos rápidamente.

— ¿Um? ¿Por qué la pregunta?

— No sé, curiosidad —seguía jugando con el pelo de Ryan—

— Bueno, la verdad es que traición es traición. Ya sea amorosa o de amistad, eso no es justificable y por lo tanto no lo perdonaría.

El corazón de Leinar comenzó a latir cada vez más rápido, su nerviosismo aumentó con la respuesta del chico.

Este simplemente abrazó a Ryan y lo acercó a él.

— ¿Por qué me abrazaste derrepente?

— ¿No puedo abrazar a mi lindo novio?

— Claro que sí —rio el pelinegro—. Pero cuidado, tengo cosquillas.

— Oh sí, tendré cuidado —Leinar ignoró a su novio y comenzó a hacerle cosquillas—

— ¡Oye Leinar! ¡Para! —El pelinegro se reía a carcajadas por las cosquillas causada—

Ambos comenzaron a hacerse cosquillas entre sí, hasta que Leinar acabó encima de Ryan.

— Te amo mucho, ¿lo sabes no? —dijo Ryan— Así que nunca me lastimes por favor.

— Prometido —Leinar escondió su rostro en el pecho de Ryan para que este no notara la tristeza que sentía en ese momento ante aquella promesa.—

Keena se encontraba en la casa de Yoshi, este tenía casa sola. Así que ya se veía las intenciones de ambos.

Keena tiró suavemente a Yoshi contra la cama y lo comenzó a besar apasionadamente con cuidado de no lastimarle.

Yoshi le seguía el ritmo, este acariciaba la espalda y el cuello del alto.

Después de unos minutos se detuvieron porque comenzaron a reírse. Ambos no tenían ninguna experiencia sexual más que haberlo visto visualmente.

— No sirvo para esto —rio Keena-—

— Yo tampoco —rio devuelta Yoshi— Pero tenemos más tiempo para intentarlo, ¿no? ¿A dónde tanta prisa? —sonrió burlón a su novio—

-— Tienes razón, aunque somos un desastre.

— Somos un desastre pero nos amamos ¿no? —sonrió Yoshi entrelazando su mano con la de Keena—. Mientras estemos juntos por bastante, bastante y bastante tiempo, es suficiente para mí. Además, no necesitamos tener sexo ya para saber que nos amamos.

— Opino lo mismo —sonrió devuelta acariciando la mejilla del menor—

— ¿Y si mejor sacamos las Nintendo Switch y jugamos al Mario Bros? —sugirió Yoshi—

— Vale, pero esta vez me pido a Mario.

— No, yo quiero ser Mario —se quejó Yoshi—

— Oh vamos, siempre te pides ser Mario.

— Bueno bueno, está bien.

Los jóvenes comenzaron a jugar con aquellas consolas y competían como si se trataran de niños de cinco años.

Creo que se sabe perfectamente el motivo de porque estos dos encajan a la perfección como pareja.

Pit RyanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora